GRECIA 2-1 NIGERIA
Futbol en estado puro
0-1: Kalu Uche. 16'
1-1: Dimitrios Salpingidis. 44'
2-1: Vasileios Torosidis. 71'
Si el día 10 de Junio, antes de empezar el Mundial, a alguien le dices que el Grecia-Nigeria sería el partido más bonito del Mundial, seguramente te tomaría por loco. Si le dices que Grecia se lanzaría al ataque como un kamikaze y que terminaría jugando prácticamente con 5 delanteros, posiblemente también. Y desde luego no les faltaría razón.
Recordemos: Grecia, primera jornada, espectáculo grotesco ante Corea del Sur y corta derrota por 2-0 frente a los asiáticos; Nigeria, primera jornada, maniatada y dominada claramente por una Argentina muy superior. La lógica dictaba que la victoria en este partido sería de Nigeria, y que además mandaría, y mandaría bien, en el partido. Y la lógica tuvo razón en parte, pues en el inicio el partido tuvo un único dueño, de procedencia africana para más datos. Grecia se encontraba sobre el terreno de juego desordenada, desdibujada, sin referencias, caótica y absolutamente a la deriva. Encajó el 0-1 en el minuto 16 en un saque de falta lejano que Kalu Uche botó al área y nadie fue capaz de despejar. Tanto, que el balón tontamente terminó intrudiciendose en la portería de Tzorvas que posteriormente se eregiría en héroe. Y siguió el partido por los mismos derroteros, mismo dominio nigeriano y misma desesperación griega, que no encontraba respuestas ni soluciones, ni tampoco parecía buscarlas. Pero de pronto en una intrascendente pelea por un balón dividido en banda derecha, el árbitro interpretó agresión de Sani Kaita a Torosidis, que rodaba por el suelo como un infartado, cuando en realidad no hubo nada, absolutamente nada. Minuto 33 y Nigeria se quedaba con 10. De pronto algo cambió en los griegos. Alguna chispa hizo contacto y lo que hasta entonces eran 11 cachorros se convirtieron en 11 leones sin comer desde hace tres meses.
Empezó un nuevo partido cuando quedaban doce para el descanso, los renacidos y sorprendentes griegos luchaban cada balón como si fuese el último sobre la tierra, iban a cada choque como quien arremete contra un tren de mercancías esperando descarrilarlo, atacaban la portería de Enyeama como si en ella se guardara la llave para solucionar la crisis del país heleno, el entrenador quitó a un defensa y sacó a un delantero...definitivamente se habían vuelto locos. Tuvieron premio, merecidísimo premio, en el minuto 44 cuando Salpingidis anotó el primer gol de Grecia en la historia de los Mundiales. Lo celebraron con el alma y el árbitro pitó el descanso. Los griegos se retiraban a vestuarios bufando, excitados, esquizofrénicos, mientras que los nigerianos hacían piña en el medio anonadados por lo que habían presenciado los últimos 12 minutos del primer tiempo. Como un fan de Lost después del último capítulo.
Y regresaron los equipos al campo igual que se habían ido; los griegos bufando y excitados; los nigerianos ojipláticos. Continuó el torbellino heleno y Enyeama, el portero nigeriano, comenzaba a parecerse más que a un guardameta a Jesús multiplicando los panes y los peces. Manos inverosímiles, paradas disparatadas y reflejos imposibles. Los griegos estaban absolutamente desesperados, el gol no llegaba. Se vivió un momento de absoluta locura en el partido, cerca del minuto 65 cuando Gekkas se quedó solo frente al portero, mano a mano y colocó un trallazo ajustado al palo...o que debería haber ido ajustado al palo de no haber sido por otra increíble parada de Enyeama que propició una rapidísima contra de los nigerianos. 15 segundos después la situación era exactamente la contraria y era Uche el que se plantaba ante Tzorvas, se sacaba el zapatazo y era el griego el que metía una mano soberbia. Para mala suerte, el rechace calló en las botas de Obasi que a puerta absolutamente vacía...la tiró fuera. Ese error no lo perdonó Grecia que marcó el 2-1 seis minutos después. Disparo desde fuera del área que Enyeama rechaza en corto y aprovecha Torosidis para adelantar a los helenos y desatar la locura en la grada. Los 19 minutos restantes fueron un continuo asedio griego, que ya que estaban envueltos en la locura colectiva decidieron aprovecharlo, y una sucesión de milagros a cada cual más soberbio del bueno de Enyeama que al final se fue llorando del campo, desolado.
La victoria insufla moral a Grecia que juega con Argentina en la última jornada. El empate podría valerles en caso de que Nigeria venciera a Corea. Si Corea ganase a Nigeria, la única opción de Grecia pasaría por golear a Argentina. Poco probable.
Grecia:
3- Konstantinos Katsouranis
2- Dimitrios Salpingidis
1- Alexandros Tziolis
Nigeria:
3- Vincent Enyeama
2- Kalu Uche
1- Chidi Odiah
Futbol en estado puro
0-1: Kalu Uche. 16'
1-1: Dimitrios Salpingidis. 44'
2-1: Vasileios Torosidis. 71'
Si el día 10 de Junio, antes de empezar el Mundial, a alguien le dices que el Grecia-Nigeria sería el partido más bonito del Mundial, seguramente te tomaría por loco. Si le dices que Grecia se lanzaría al ataque como un kamikaze y que terminaría jugando prácticamente con 5 delanteros, posiblemente también. Y desde luego no les faltaría razón.
Recordemos: Grecia, primera jornada, espectáculo grotesco ante Corea del Sur y corta derrota por 2-0 frente a los asiáticos; Nigeria, primera jornada, maniatada y dominada claramente por una Argentina muy superior. La lógica dictaba que la victoria en este partido sería de Nigeria, y que además mandaría, y mandaría bien, en el partido. Y la lógica tuvo razón en parte, pues en el inicio el partido tuvo un único dueño, de procedencia africana para más datos. Grecia se encontraba sobre el terreno de juego desordenada, desdibujada, sin referencias, caótica y absolutamente a la deriva. Encajó el 0-1 en el minuto 16 en un saque de falta lejano que Kalu Uche botó al área y nadie fue capaz de despejar. Tanto, que el balón tontamente terminó intrudiciendose en la portería de Tzorvas que posteriormente se eregiría en héroe. Y siguió el partido por los mismos derroteros, mismo dominio nigeriano y misma desesperación griega, que no encontraba respuestas ni soluciones, ni tampoco parecía buscarlas. Pero de pronto en una intrascendente pelea por un balón dividido en banda derecha, el árbitro interpretó agresión de Sani Kaita a Torosidis, que rodaba por el suelo como un infartado, cuando en realidad no hubo nada, absolutamente nada. Minuto 33 y Nigeria se quedaba con 10. De pronto algo cambió en los griegos. Alguna chispa hizo contacto y lo que hasta entonces eran 11 cachorros se convirtieron en 11 leones sin comer desde hace tres meses.
Empezó un nuevo partido cuando quedaban doce para el descanso, los renacidos y sorprendentes griegos luchaban cada balón como si fuese el último sobre la tierra, iban a cada choque como quien arremete contra un tren de mercancías esperando descarrilarlo, atacaban la portería de Enyeama como si en ella se guardara la llave para solucionar la crisis del país heleno, el entrenador quitó a un defensa y sacó a un delantero...definitivamente se habían vuelto locos. Tuvieron premio, merecidísimo premio, en el minuto 44 cuando Salpingidis anotó el primer gol de Grecia en la historia de los Mundiales. Lo celebraron con el alma y el árbitro pitó el descanso. Los griegos se retiraban a vestuarios bufando, excitados, esquizofrénicos, mientras que los nigerianos hacían piña en el medio anonadados por lo que habían presenciado los últimos 12 minutos del primer tiempo. Como un fan de Lost después del último capítulo.
Y regresaron los equipos al campo igual que se habían ido; los griegos bufando y excitados; los nigerianos ojipláticos. Continuó el torbellino heleno y Enyeama, el portero nigeriano, comenzaba a parecerse más que a un guardameta a Jesús multiplicando los panes y los peces. Manos inverosímiles, paradas disparatadas y reflejos imposibles. Los griegos estaban absolutamente desesperados, el gol no llegaba. Se vivió un momento de absoluta locura en el partido, cerca del minuto 65 cuando Gekkas se quedó solo frente al portero, mano a mano y colocó un trallazo ajustado al palo...o que debería haber ido ajustado al palo de no haber sido por otra increíble parada de Enyeama que propició una rapidísima contra de los nigerianos. 15 segundos después la situación era exactamente la contraria y era Uche el que se plantaba ante Tzorvas, se sacaba el zapatazo y era el griego el que metía una mano soberbia. Para mala suerte, el rechace calló en las botas de Obasi que a puerta absolutamente vacía...la tiró fuera. Ese error no lo perdonó Grecia que marcó el 2-1 seis minutos después. Disparo desde fuera del área que Enyeama rechaza en corto y aprovecha Torosidis para adelantar a los helenos y desatar la locura en la grada. Los 19 minutos restantes fueron un continuo asedio griego, que ya que estaban envueltos en la locura colectiva decidieron aprovecharlo, y una sucesión de milagros a cada cual más soberbio del bueno de Enyeama que al final se fue llorando del campo, desolado.
La victoria insufla moral a Grecia que juega con Argentina en la última jornada. El empate podría valerles en caso de que Nigeria venciera a Corea. Si Corea ganase a Nigeria, la única opción de Grecia pasaría por golear a Argentina. Poco probable.
Grecia:
3- Konstantinos Katsouranis
2- Dimitrios Salpingidis
1- Alexandros Tziolis
Nigeria:
3- Vincent Enyeama
2- Kalu Uche
1- Chidi Odiah
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