domingo, 30 de enero de 2011

Zona de prensa, Baloncesto Fuenlabrada-Meridiano Alicante

Chus Vidorreta, entrenador Meridiano Alicante



Salva Maldonado, entrenador Baloncesto Fuenlabrada



Gustavo Ayón, jugador Baloncesto Fuenlabrada




Jon Cortaberría, jugador Baloncesto Fuenlabrada


Baloncesto Fuenlabrada 74-73 Meridiano Alicante

Victoria de infarto para el Fuenlabrada

Partido no apto para cardíacos en el Fernando Martín. Fuenlabrada, tras ganar en San Sebastián, y Meridiano Alicante, tras vapulear a Caja Laboral, se enfrentaban en un duelo que se presumía tan igualado como finalmente fue. Doellman tuvo en sus manos la canasta ganadora, pero finalmente Fuenlabrada se impuso por 74-73.

Todo a pesar de que durante la primera parte el Fuenlabrada fue amo y señor del encuentro. Con un Gustavo Ayón sensacional, que anotó 8 puntos en el primer cuarto y borró la zona visitante, y un Leo Mainoldi que tomó el relevo en el segundo, los madrileños no encontraban rival sobre el parquet. Mientras el partido se disputó en la pintura, se mantuvo igualado (19-14, min.10), pero cuando el juego se desplazó hasta el 6.75, Fuenlabrada se despegó en el marcador de una manera que parecía, sólo parecía, definitiva. Alicante llegó a estar hasta 17 abajo (38-21) tras tres triples consecutivos del argentino Mainoldi, pero Justin Doellman respondió y con dos triples al final del cuarto dejó el marcador en 43-31 al término de la primera parte.

A partir de ahí, el partido cambió radicalmente. Con el comienzo del tercer cuarto, Alicante salió absolutamente renovado de los vestuarios. Doellman conservaba la muñeca caliente del final del 2º cuarto, Urtasun se sumó a la fiesta y Fuenlabrada no fue capaz de responder al vendaval anotador del conjunto alicantino. Un parcial de 12-25 en el tercer cuarto adecentado por un postrero triple de Colom permitía a los de Vidorreta ponerse por delante (55-56, min.30) en el marcador por primera vez desde los inicios del primer cuarto. Fuenlabrada había dejado escapar casi 20 puntos de diferencia merced a una defensa que hizo aguas y un ataque precipitado, sin ideas y con una pobre circulación de balón.

Ahora llegaba el momento de la verdad. La inercia era para Alicante; la presión, toda, para Fuenlabrada. Y, por un momento, la presión pudo y mucho. Casi de salida, un parcial de 0-9 para Alicante, coronado por el sexto triple de Doellman que terminó con 27 puntos, ponía las cosas muy cuesta arriba para el conjunto local que necesitaba soluciones urgentemente. Volvieron a pista Valters y Ayón, y con ellos, el equipo volvió a recobrar el sentido. Volvieron a aparecer el tiro exterior y el pick&roll que habían funcionado en el primer periodo y el partido entró en los instantes finales con la máxima igualdad.

A tres minutos del final, Fuenlabrada consiguió volver a empatar el encuentro, pero Meridiano Alicante no se amilanó. Anotaron Hasbrouck y Rancik y respondió Valters desde el exterior. Quedaba medio minuto, Fuenlabrada estaba uno abajo, 72-73, y desperdiciaba su ataque, pero ahí estaba de nuevo Ayón, providencial, para hacerse con el rebote ofensivo y forzar dos tiros libres…que falló. El partido estaría ahí sí casi imposible, de no haber sido por que Leo Mainoldi se hizo con el rebote ofensivo, un rebote de oro para los de Salva Maldonado. Hubo tiros libres para Kristaps Valters, a falta de 7 segundos para el final, que el letón convirtió. Alicante tenía la última posesión, el balón para ganar, pero la suerte, que le había acompañado todo el partido, le fue esquiva a Doellman en el momento más inoportuno. 74-73, Fuenlabrada que consigue enlazar dos victorias consecutivas y ponerse con 11, y Alicante que, pese a la derrota, confirma y mantiene sus sensaciones a la alza.

74- Baloncesto Fuenlabrada: Valters (13), Laviña (6), Cortaberría (2), Guardia (3), Ayón (16) - Mainoldi (12), Kus (4), Colom (8), Biyombo (3), Rabaseda (7)

73- Meridiano Alicante: Llompart (9), Stojic (0), Hasbrouck (10), Rancik (10), Doellman (27) - Heurtel (2), Cazorla (0), Rejón (0), Andriuskevicius (5), Urtasun (10)

jueves, 20 de enero de 2011

El paso del ecuador (II): Los 'outsiders'

En los últimos años, la NBA no suele ofrecer sorpresas en forma de campeones inesperados o milagros inexplicables. De hecho, si en la anterior entrega hablábamos de Lakers, Celtics, Heat y Spurs, es obligado fijarse en los campeones de los últimos diez años: 4 veces Lakers, 3 veces Spurs, 1 vez Celtics, 1 vez Miami y, como nota discordante, una vez los Detroit Pistons, ante los propios Lakers en la 2003/2004.

Sin embargo, la variedad de finalistas si que es algo mayor. Por las finales de la NBA han desfilado últimamente Orlando, Dallas, Cleveland, Detroit o, si retrocedemos a los inicios de la década, los New Jersey Nets. Cada temporada un buen número de franquicias se esfuerzan por ser la primera opción en el caso de que algo no salga según lo previsto. Hay algunas que parecen abonadas a ese papel, otras que aparecen y desaparecen según el año, pero todas representan una amenaza para el poder establecido y aumentan exponencialmente el nivel competitivo de la Liga.

Chicago Bulls: 30-14

Si en los Celtics habábamos de Rondo, aquí estamos obligados a hacerlo de Derrick Rose. El #1 de los Bulls es, para muchos, candidato firme al MVP de la temporada. Su electricidad, su decisión y su enfermiza obsesión por jugar y hacer jugar están llevando a un equipo en crecimiento a los puestos nobles de la NBA. Si al lado le pones a un compañero de viaje como Carlos Boozer y la sociedad funciona, hay motivos más que de sobra para que una afición algo aletargada en los últimos años vuelva a despertar con fuerza.

El equipo, a diferencia de muchos en la NBA, es ordenado, tiene criterio y personalidad sobre la pista. Además, la presencia en el banquillo de un especialista defensivo como Thibodeau termina de guarnecer un plato que va cogiendo cuerpo, que no es todavía parte del menú principal pero que puede serlo de aquí a un par de temporadas. Bon apetit.

Dallas Mavericks: 28-15

La temporada para los de Rick Carlisle está siendo, cuando menos, extraña. Comenzaron a un nivel estratosférico, con Dirk Nowitzky pletórico, Caron Butler a muy buen nivel y la incorporación de Tyson Chandler que por fin ponía kilos, trabajo y calidad en el centro de la zona texana. Junto a San Antonio fue la auténtica revelación del inicio de la temporada, pero de repente llegaron las lesiones de Dirk (temporal) y de Caron Butler (para toda la temporada), y el chiringuito se desarmó.

Donde había confianza pasó a haber cierto canguelo y el peso de las derrotas ha ido minando poco a poco la moral del equipo. Pero si algo tienen estos Dallas Mavericks es experiencia a sus espaldas y años de juego suficientes para saber que las rachas, tanto las buenas como las malas, son eso, rachas. Fueron capaces de romperla frente a los Los Ángeles Lakers. Terry ha dado un paso al frente ante la baja de Butler y el bajón físico de Jason Kidd, aunque pese a todo se le prefiere seguir manteniendo como sexto hombre y revulsivo.

Además, los Mavericks parecen ahora entrar con fuerza en la lucha por el trade de Carmelo Anthony. Tendrán que pelear duro con los Knicks, pero de conseguirlo, quizá habría que sacarlos del grupo de los 'outsiders' y meterlos de lleno en el de candidatos al anillo. Veremos.

Oklahoma City Thunder: 28-15

Durántula y compañía están demostrando que lo de la pasada temporada fue el comienzo de algo importante. Aquella serie contra los Lakers puso a Oklahoma en el mapa con letra mayúscula y esta temporada los Thunder están reescribiendo su nombre en negrita.

Con el mayor anotador de la Liga en tus filas y complementos de oro como el chico para todo Westbrook, el bestial físico de Ibaka, la barba mágica de James Harden, es fácil jugar. Principalmente, porque estos chicos se divierten jugando al baloncesto y eso, sobre la pista, se nota y mucho.

Un paso adelante en el físico y la intensidad defensiva, y un interior de referencia, pues Krstic está claramente en cuesta abajo, son los ingredientes que Oklahoma necesita para construir una franquicia campeona. La veremos en poco tiempo, son el futuro de la Liga.

Orlando Magic: 29-15

Un equipo nuevo sobre una misma bestia. Los Orlando Magic, protagonistas del hasta ahora mayor trade de la temporada, han querido este año dar un giro de 180º a su imagen en la Liga. Como reconoció el GM de los Magic, Otis Smith, tras el traspaso: "Orlando necesitaba empezar a ser un equipo ofensivo". Jason Richardson, Gilbert Arenas...parecen buenas piezas para conseguirlo. El primero está respondiendo, el segundo menos.

El que está siempre, y cada vez más, es Superman. Dwight Howard se está convirtiendo por momentos en imparable. Lanza casi 12 tiros libres por partido, claro indicador de lo que supone este bicho para las defensas rivales. Las defensas cerradas sobre Dwight propician tiros cómodos a los hombres abiertos que se aprovechan cada vez más. Es la temporada del paso al frente de J.J.Reddick, por ejemplo. Además, Orlando ha aprendido a correr, y correr bien.

El potencial total de la franquicia, mucho. ¿Podrán hacer frente a los gigantes y colarse en las finales? No es descabellado.


Atlanta Hawks: 29-16

Algún lector que no siga demasiado al día la actualidad NBA puede haberse sobresaltado al encontrarse tan por arriba a los Hawks, pero quienes sigan la competición americana cada noche al pie del cañón, sabrán bien que los de Atlanta bien merecen esta mención de honor.

El cuarteto que forman Joe Johnson, Josh Smith, Al Horford y Jamal Crawford les dota de una solidez ofensiva envidiable. Siempre hay opciones, referencias y estilos suficientes para parar un tren. En defensa, Atlanta sigue siendo un equipo correoso de batir y difícil de amedrentar. Mantienen la concentración en las situaciones más adversas y, de mantener el nivel, pueden volver a dar alegrías en forma de rondas de honor en play-off a una afición que ha atravesado en la última decada una muy larga travesía en el desierto.

New Orleans Hornets: 29-16

La sorpresa del inicio de la Liga. NOLA comenzó la campaña de manera fulgurante, con una racha desconocida en la historia de la franquicia y con un Chris Paul a un nivel estratosférico. Los Hornets sufrieron un bajón importante hasta prácticamente igualar su record de victorias y derrotas, pero ocho victorias consecutivas en las últimas semanas les han vuelto a meter arriba en el Oeste.

Está siendo la temporada de David West, sobre todo a raíz del bajón físico de Okafor. En el perímetro, Ariza y Belinelli confirman expectativas que algunos les niegan. Pese a lo eléctrico de su juego, New Orleans es una de las franquicias que juega a tanteadores más bajos de toda la NBA. Cabe la duda de si podrán mantener la solidez durante toda la temporada o si por el contrario comenzarán a abrirse fallas que les releguen a la zona media de la tabla.

Pero eso es futuro, y a día de hoy sólo queda reconocer el mérito de esta mitad de temporada y aplaudir a los de Monty Williams por su 'picotazo'.


lunes, 17 de enero de 2011

El paso del ecuador (I): Los candidatos

Llegamos ya al ecuador de la Regular Season en la NBA, aunque parezca mentira. Casi todos los equipos rondan ya los 40 partidos disputados y la situación empieza a clarificarse por arriba y por abajo.

En cuanto a los aspirantes al anillo, o por lo menos a llegar lejos en los play-offs, no hay sorpresas en forma de ausencias pero sí algunas en forma de incorporaciones inesperadas. Repasamos la situación y la temporada de cada uno de ellos:

San Antonio Spurs, 35-6:

Los texanos son sin duda una de las notas sorprendentes de la temporada. Tras un 2010 complicado, en el que terminaron séptimos del Oeste con un balance de 50-32, los de Popovich se han puesto las pilas, han demostrado que los viejos rockeros nunca mueren y que los equipos con historia siempre están dispuestos a engrandecerla un poco más.

Con Tim Duncan dando sus últimos coletazos, a Ginobili y Parker no les ha pesado la presión y han dado un gigante paso al frente. Tienen carencias en la zona, como la gran parte de los equipos NBA, pero las suplen con un perímetro que ametralla el aro rival desde los estilos más diversos: la clase de Richard Jefferson, la certeza de un tirador puro como Gary Neal o el efectismo del querido Matt Bonner. Todo funciona. Es cierto que los Spurs no dominan sus partidos a placer, incluso les cuesta cerrarlos, pero su record, el mejor de la historia de la franquicia, no deja lugar a dudas: son un aspirante al anillo. Los mimbres son, casi casi, los de siempre, falta por ver si lo de la temporada pasada fue un accidente o lo de esta un espejismo.

Boston Celtics, 31-9:

Los Celtics quieren la revancha de las apasionantes finales de la pasada temporada. Cada temporada se generan dudas sobre los de Boston, principalmente sobre la avanzada edad media de la plantilla y los problemas que eso pueda generar, pero año tras año se demuestra que sobre el parquet impera la clase y no unos dígitos en el carnet.

Boston Celtics es, de nuevo, clarísimo candidato al anillo de la NBA. Pese a alguna derrota sonrojante, los de Doc Rivers avanzan con paso firme y comandan la clasificación en el Este. Liderados por el trio lalalá: Paul Pierce, Ray Allen y Kevin Garnett. Por ellos no pasan los años. Pero esto, lejos de ser un milagro, tiene una explicación muy sencilla: están en manos del doctor Rajon Rondo. El hombre orquesta, el cirujano especializado en...todo, el artífice del éxito de estos Celtics, a veces en la sombra, a veces no. Además, el ímpetu de Glen Davis, el descaro de Nate Robinson, y Shaquille, por supuesto. Un coctel con muchos ingredientes que funciona y bien, apetitoso, suave pero potente.

Los Ángeles Lakers, 31-12:


El señor de los anillos, tercera parte. Tras imponerse en 2009 y 2010, los Lakers buscan en 2011 confirmar su hegemonía y asaltar la historia de la Liga. No lo tendrán fácil. La temporada de los angelinos ha sido, pese a su record, irregular. Momentos de apisonadora y momentos con bajones espectaculares y derrotas difícilmente planeables por nadie.

Lo cierto es que la franquicia entrenada por Phil Jackson es la misma de siempre. Ya el año pasado los Lakers recibieron no pocas críticas por su juego, especialmente por su pasotismo en algunas fases de la temporada. Todos sabemos como son los Lakers, tigres durante la regular season que al llegar los play-offs se convierten en leones o dinosaurios, dependiendo del año. Este año la temporada se desarrolla por los mismos derroteros, lo cual, teniendo en cuenta el pasado desenlace, no es mala cosa. Un Lamar Odom implicadísimo, un Ron Artest que ejerce de publicidad andante para todos los psicólogos del mundo, Bynum, Gasol, Kobe Bryant, ¿qué más podemos decir?

Miami Heat, 30-12:

El equipo de los Goliat en las manos de David. El Big Three a las ordenes de un sophomore de los banquillos. Con 42 partidos jugados, podemos decir que el ritmo sabrosón de los Beach Boys de Miami es bailable...a ratos.

Les costó a los Heat reunir a sus tres hombres en perfecto estado debido a una inoportuna lesión de Dwyane Wade a principios de temporada. A LeBron, el hombre milagro de los Cavaliers, le costaba tirar de un carro al que Bosh parecía reticente a subirse. Cuestión de egos, de roles, o de baloncesto puro y duro, el experimento no funcionó de primeras, no del todo. Con la vuelta de Wade, las cosas comenzaron a funcionar, todos parecieron sentirse más cómodos y con las victorias la presión fue menos. Desde entonces han mejorado, ¿pero lo suficiente para hacerse con un anillo? La rotación es corta, pese a jugadores como Haslem, James Jones o Ilgauskas que cumplen como jabatos.

Queda tiempo para que Miami se mentalice, para que decida si su año es este o su carrera comienza el próximo. Conociendo a los implicados, nadie puede atreverse a borrarles de las quinielas.



En la próxima entrega iremos con los 'outsiders', el pelotón perseguidor que tratará de aprovechar el más mínimo fallo de los cuatro titanes para meterse en la pelea: Orlando Magic, Dallas Mavericks, Chicago Bulls, Utah Jazz, Oklahoma City Thunder, New Orleans Hornets y Atlanta Hawks.










jueves, 13 de enero de 2011

Ruedas de prensa, Baloncesto Fuenlabrada-Blancos de Rueda Valladolid

Porfirio Fisac, entrenador de Blancos de Rueda Valladolid: "No estoy hecho todavía a la idea de jugar la Copa"





Salva Maldonado, entrenador de Baloncesto Fuenlabrada: "Nos vamos con una sensación extraña por el nivel de arbitraje que vemos en Fuenlabrada"



Extracto de las declaraciones de Salva Maldonado sobre los arbitrajes en el Fernando Martín a lo largo de la temporada:

Baloncesto Fuenlabrada 73-77 Blancos de Rueda Valladolid

El Blancos de Rueda Valladolid asalta el fortín fuenlabreño

Fuenlabrada y Valladolid. Valladolid y Fuenlabrada. Dos equipos con un mismo destino: la Copa del Rey. El partido, hoy sí, absolutamente definitivo. El que se hiciese con la victoria estaría en Madrid en Febrero y al que no, le tocaría rezar.

Y es Fuenlabrada quien finalmente se verá obligado a pedir turno en la sacristía y pasarse la semana rezando de rodillas para conseguir combinaciones de resultados que obren el milagro que los de Maldonado no fueron capaces de consumar hoy sobre la pista del Fernando Martín.

Con la baja de Batista, parece claro que la principal debilidad del Fuenlabrada está a día de hoy en la zona. Así lo entendió Porfirio Fisac, que durante todo el primer cuarto ordenó a sus hombres percutir por ese flanco de la defensa local, por medio principalmente de un inspiradísimo Nacho Martín que consiguió en el primer período 12 de sus 18 puntos en el partido. Se olvidaban por completo los visitantes de generar o buscar tiros exteriores, con el agujero en la zona fuenlabreña era suficiente para llegar al final del primer cuarto con 15-19 en el marcador tras un parcial de 0-10.

En el segundo cuarto, la situación para los locales no mejoró demasiado. Palió algo, sí, la hemorragia defensiva un Biyombo que en un solo partido se ha metido a toda la afición en el bolsillo. El africano intimidó y obligó a mover el juego de Valladolid hacia el exterior, pero allí estaba Diego García, también muy inspirado en el día de hoy, y clave en un parcial de 5-15 que ponía las cosas peliagudas a los madrileños que veían la Copa cada vez más lejos. Al descanso, 35-43 y caras largas en las gradas y jugadores. Como dato, el juego interior del Blancos de Rueda Valladolid sumaba al descanso diez puntos más de valoración que todo el equipo del Baloncesto Fuenlabrada junto.

Sin embargo, el tercer cuarto fue el de la reacción del Fuenlabrada. Consciente de lo que se jugaba, el ‘Fuenla’ salió con todo en la segunda mitad. Pero a pesar de la mejora en los porcentajes y en el flujo de anotación, seguía encontrándose enfrente al sólido equipo que ha montado en Valladolid Porfirio Fisac, digno de aplauso y reverencia. Un triple de Colom casi al final del cuarto ponía un 55-57 en el marcador que hacía presagiar el final de infarto que se avecinaba. Además, Valladolid y Fuenlabrada deberían afrontarlo con dos de sus jugadores claves con 4 faltas en su haber: Kristaps Valters y Marcus Slaughter.

Con el inicio del último periodo, volvió el joven Biyombo (18 años) a pista. Suyo fue el espectacular tapón que precedió a los tres tiros libres de Laviña que pusieron a Fuenlabrada de nuevo por encima en el marcador (61-59), cosa que no sucedía desde prácticamente el inicio del choque. Pero Valladolid respondió, y vaya que si lo hizo, por medio de dos triples, de Nacho Martín y Diego García que devolvieron la ventaja a los visitantes (61-65). Este último no debió subir al marcador pues estuvo precedido de un balón que los árbitros concedieron a Valladolid erróneamente.

Con el partido en su momento más caliente, apareció el hasta el momento desaparecido Robinson para clavar dos triplazos que enloquecieron a los pucelanos presentes en el Fernando Martín y pusieron un 68-73 ya muy difícil de voltear. Recortó distancias Davor Kus con dos tiros libres que debieron ser tres y a 20 segundos para el final Fuenlabrada tuvo la pelota para empatar o ponerse por delante, pero Juan Carlos Arteaga señaló una falta en ataque a Kristaps Valters que vieron él y poca gente más en el pabellón y que permitió a Valladolid vivir cómodamente los últimos segundos tras los tiros libres anotados por Stephane Dumas. Al final, 73-77 para Valladolid, que certifica su pase para la Copa del Rey y Fuenlabrada que se resigna a confiar en que las carambolas le permitan estar presente en el Palacio de los Deportes el próximo mes de Febrero.

73- Baloncesto Fuenlabrada: Valters (15), Laviña (5), Cortaberría (5), Guardia (2), Ayón (18) - Mainoldi (6), Kus (10), Colom (6), Biyombo (2), Rabaseda (4).

77- Blancos de Rueda Valladolid: Dumas (8), Van Lacke (4), Robinson (10), N.Martín (18), Barnes (6) - D.García (10), I.López (4), Báez (4), Stanic (9), Slaughter (4).

martes, 4 de enero de 2011

A la deriva en el Manzanares: la era Gil


Hace sólo 5 y 8 meses, respectivamente, que el Atlético consiguió la Supercopa de Europa y la Europa League. Algunos bromeaban, diciendo que los niños que se comenzaran a aficionar al fútbol se harían del Atleti por ser un equipo que ganaba títulos. Lo que muchos de esos niños no saben es que hace apenas 23 años, al acabar la temporada 86-87 (aquella de los espantosos playoffs), el Atlético se encontraba a sólo 2 títulos ligueros del Barcelona, ahora considerado el mejor club del mundo. Por qué ahora les separan no sólo 11 entorchados, sino millones de euros, prestigio mundial y, sobre todo, calidad futbolística presente se puede resumir en tres letras: Gil.

No todo es culpa del susodicho, está claro. De hecho, en el primer quinquenio con don Jesús de presidente, el equipo acabó todas las temporadas entre los 4 primeros: incluso se conquistaron dos Copas del Rey, una de ellas contra el Madrid y nada menos que en el Bernabéu. Pero, poco a poco, el club entró en una decadente línea. El inesperado doblete del 96 dio impulso para un par de años, pero otra espiral descendente y la inefable intervención judicial al club lo condenaron al ostracismo de Segunda. Cuando unos años después volvió a Primera, todos pensamos que la normalidad volvería y que se lucharía por Europa en 2 ó 3 campañas. Pero nada más lejos de la realidad, tuvieron que pasar 5 años para que el Atleti entrara en UEFA (y vía Intertoto), pero la actuación allí fue decepcionante, perdiendo contra un equipo muy inferior como el Bolton. Costó clasificarse para la Champions, pero en las 2 campañas que se consiguió no se pudo pasar de octavos. En la segunda, el espanto fue tal que acabó delante del Apoel Nicosia sólo por goalaverage. Eso le dio el pasaporte a la Europa League, y nunca un billete fue tan rentable. Gracias a ello, vino otro accidente en forma de doblete: esta vez, la Europa League y la Supercopa de Europa, con derrota en la final de la Copa del Rey incluida.

¿Y para qué todo este repaso de la historia? Pues para demostrar que lo que tenemos en la actualidad no es más que el remanente de 20 años desastrosos en cuanto a gestión económica y deportiva. Que un club grande como el Atlético haya tenido que soportar el "caso camisetas", los "negritos" y decenas de fichajes cuyo único fin eran enriquecer ciertos bolsillos es un bochorno. El paso por Segunda fue traumático, y el agujero económico sigue abierto, gracias en parte a la paupérrima gestión de Enrique Cerezo, un productor de cine dirigiendo al tercer club de más éxito en España. La mitad del dinero en fichajes se va a Hacienda; la venta del Calderón, a pesar del rechazo de la mayoría de la afición, es calificada de "negocio redondo", mientras que paulatinamente las declaraciones van siendo más y más pesimistas, hasta llegar a tener que oír que el Atlético no ganará nada con el cambio de estadio.

Pero no quiero extenderme con la situación económica, ya que es más compleja de lo que parece y escapa al entendimiento del aficionado de a pie. Vayamos a lo que más nos apasiona: el deporte mismo. Estamos en la 9ª temporada en Primera desde que el Atleti regresó, y el bagaje es deprimente: dos cuartos puestos (para una entidad que, recordamos, tiene un cuarto puesto como posición MEDIA desde que cambió su nombre de "Atlético Aviación" a "Atlético de Madrid") como mejor posición, una final de Copa, dos participaciones en Champions y 3 en UEFA / Europa League. Los títulos del año pasado maquillan el panorama, pero a todo el mundo le dio la impresión de que se trataban de hechos aislados, combinando la calidad del plantel con el nuevo ánimo que insufló el cambio de entrenador y la dosis de suerte necesaria en este tipo de torneos.

Los nombres de los jugadores que han pasado por la entidad estos últimos años asustan; pero no por la grandeza de los mismos, sino por lo mediocres, inexplicables y rematadamente malos de la gran mayoría. Por citar unos cuantos nombres: Dobrowolski, Pilipauskas, Bogdanovic (por el que los Gil tuvieron que declarar en el juzgado), Richard Núñez, Wicky, Nimny, Celso Ayala, Venturin, Tilico, ‘Juanchi’ González, Iván Rocha, Novo, Pilipauskas, Richard Núñez, Maguy, Moacir, Prodan, Torrisi, Njegus, Frascarelli, Lukic, Tomic, ‘Pollo’ Olivera, Hugo Leal, Rodrigo Fabri, Dani, 'Pato' Sosa, Kosecki, Rodax, Eller o Cléber Santana. Jugadores perfectamente válidos para un equipo de media tabla, pero no para un club que debería optar a ganar títulos todos los años. Y ahora, la nefasta planificación estrena su última función: Simão y Jurado, dos de los pocos jugadores del Atlético que podían desenvolverse medianamente en la mediapunta (o la banda izquierda), son vendidos.

En cualquier otro club, la venta de dos jugadores de la misma demarcación habría conllevado el fichaje urgente de otro par de extremos, o al menos de uno más un chaval de la cantera. Pero en el Manzanares las cosas se hacen de otra manera: todavía queda mercado invernal (un sitio donde no hay muchas soluciones), pero la impresión es que ni va a haber refuerzos ni subirá gente del filial, el cual las pasa canutas para salvarse en 2ª B, para qué hablar de subir a los chicos a Primera. No obstante, el Atlético, especialista en salir de Guatemala para meterse en Guatepeor, intenta hacer creer a la afición por medio de su presidente Cerezo y de su director deportivo Gil Marín* que están negociando duramente para traerse a una estrella que nos vendrá como agua de mayo, aunque el esfuerzo sea titánico. ¿Que de quién estamos hablando? De Juanfran, jugador de Osasuna. Efectivamente. Sigamos con las medianías. Con todos mis respetos para la entidad navarra, ¿quién se quiere creer que un jugador de un equipo que lucha por no bajar va a ser quien sustituya a Simão y Jurado?

No seré nunca el primer defensor del portugués ni del gaditano, debido en parte al nulo desborde del primero en los últimos tiempos y a la poca regularidad en el juego del segundo (a pesar de haber participado en todos los partidos la pasada campaña). Pero está claro que si la plantilla es corta, vender a dos jugadores sin traer recambios es un suicidio y a toda costa habría que haberlos mantenido. Y por si Juanfran no fuera poco, el Atlético también ha hecho algo que últimamente gusta mucho de hacer, que es explorar en mercados extranjeros y encontrar jugadores desconocidos: Elías y Miranda, centrocampista y central respectivamente, son 2 ejemplos más del juego de Gil Marín y cía: cual videojuego de mánager de fútbol, seleccionan en el filtro "coste del jugador: menor de 6M €", y fichan a los jugadores esperando que se produzca un milagro y resulten ser maravillas, algo que ni siquiera Monchi, director deportivo del Sevilla y experto en esas lides, es capaz de hacer siempre. Lo que ocurrió con Pantic (para quien no le conozca, un desconocido bajito que llegó el año del doblete y conquistó a la afición hasta tal punto de tener en la esquina un ramo de flores en recuerdo a su magistral golpeo a balón parado) ocurre una vez cada mucho tiempo, pero la directiva intenta que sean así todos los fichajes. Elías y Miranda no deberían ser excepciones, son dos incógnitas que no cubren nuestras vacantes: un organizador (¿de veras es nuestra solución un brasileño desconocido?) y un extremo zurdo. Es más, la foto del primero posando con cierta bufanda en la presentación evoca un desastre más como el del Pato Sosa, cuando se tropezó en sus primeros toques al balón; un mal presagio de lo que efectivamente vendría.

Así, entre la mediocridad, una directiva de dudosa fiabilidad y unos resultados alejados de los objetivos, que son acabar terceros y conquistar un título, la nave rojiblanca vuelve a encallar. El Atlético, un navío inestable capaz de derribar a la mejor flota y a la vez de hundirse con una facilidad pasmosa, navega a la deriva por el Manzanares, mientras sus más fieles marineros recuerdan batallas pasadas. No obstante, si la capitanía del barco la siguen teniendo los Gil, me temo que la fragata colchonera seguirá viajando sin rumbo.

* Puede parecer una broma pesada que le den el trofeo como mejor gestor en todo el mundo, pero desde luego ganar dos títulos con el dinero invertido en fichajes parece significar que Gil Marín ha acertado con los fichajes...


Por último, felicitaros a todos los seguidores del blog (¡6000 visitas ya!) el Año Nuevo, y esperemos que el 2011 nos dé más satisfacciones que el 2010.