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New Orleans Hornets seleccionó con el número 1 a Anthony Davis, el pívot de Kentucky y mejor jugador del draft. De eso no había duda, pero había alguna más sobre lo que harían con sus elecciones 10 y 46. Especialmente la 10 era carne de traspaso, pero mantuvo la tendencia de un draft paradito y se quedó en casa. Y con Austin Rivers debajo del brazo.
Rivers puede gustar más, menos, o puede no gustar nada, pero la pareja que se llevan a los Hornets, a nivel mediático, es insuperable. Si sobre la cancha se entienden y complementan, si Rivers activa el modo pase, a nivel deportivo el draft de New Orleans puede ser también redondo. Y para completar, otro Wildcat. Darius Miller cayó profundo en la 2ª ronda y New Orleans no dejó pasar la oportunidad de rodear a su rutilante estrella con un team-first player, con capacidad para tirar y defender cualquier posición exterior.
El listón está alto. Pero hay otros equipos que se movieron bien en la noche de ayer. Quizá solo compitan por el segundo puesto, siguiendo también la tónica general del draft, pero su trabajo es destacable. Son Portland, Philadelphia y Golden State.
Parecía claro que Portland apostaría en sus picks 6 y 11 por un base y un pivot, y no decepcionó. Damian Lillard, el portentoso anotador de Weber State, fue el base, y Meyers Leonard, quizás el center con más proyección del draft tras Drummond, el hombre alto. Son apuestas, especialmente la de Leonard, pero con un altísimo nivel de posible rentabilidad. Completaron en segunda ronda con Will Barton, buen anotador en NCAA, pero quizás algo falto de físico para el máximo nivel. En cualquier caso, draft por encima de la media.
Philadelphia construyó su draft a través del desinterés de Miami por el mismo. En el 15, eligieron a Moe Harkless, prospect al alza de St.John's, guard físico capaz de correr, tirar con matices, machacar y aportar intensidad en defensa.
Su siguiente elección estaba en el 45, pero con Moultrie libre en el 27 y Miami deseando traspasar su pick, no lo dudaron. El pivot de Missisipi State puede ser una conquista valiosa en una primera ronda tan trasera: cemento para la zona de Philly, gran reboteador y jugador necesario para la estructura sixer. No se quedaron con ninguno de sus picks de segunda ronda: Justin Hamilton a Miami y Tornike Shengeila a Brooklyn. Viendo de donde partían y donde han terminado, el draft de Philadelphia a priori se debe interpretar en positivo.
¿Y Golden State? Las gracias a Cleveland en este caso. Pasar de Harrison Barnes en el 4 permitió al de North Carolina llegar hasta el 7 de los Warriors. Un robo descarado y un regalo apreciado por los californianos. Se le critica su falta de liderazgo, pero no debe ser ese su rol, de momento. Debe ser el de anotar, dar nivel a la rotación exterior y ser una referencia en el ataque, y lo puede hacer sobrado. Golden State cerró la primera ronda con Festus Ezeli en el pick 30, pivot físico e intimidador, el tipo de elección que uno ve en los Warriors si cierra los ojos.
La segunda ronda dejó otra buena noticia: Draymond Green, uno de los jugadores más completos de este draft, capaz de jugar de 3 y 4 a buen nivel. Tirando de tópico: un diez en nada y un siete en todo. Cerraron con Ognjen Kuzmic en la 52, pivot del Unicaja, alto y tirador. Una de por si acaso.
Es difícil hablar de Houston. Con sus tres picks en la mitad de primera ronda reforzaron el equipo en su columna vertebral. Un anotador, un 3-4 y un pivot. Jeremy Lamb, Royce White, por el que suspiraban en Boston, y Terrence Jones, uno de los tapados de la talentosa camada de Kentucky. Sin embargo, dejaron caer a jugadores como Jared Sullinger o Tyler Zeller y es más que posible que alguna de sus tres elecciones se vaya fuera en un traspaso.
En el resto del tablero, los movimientos más destacados los protagonizaron Dallas y Cleveland. Los Cavs subieron del 24 al 17 para completar con Tyler Zeller el controvertido pick de Dion Waiters en el número 4 y los Mavericks se hicieron con tres elecciones adicionales: 24, 33 y 34 que utilizaron en tres especialistas defensivos: Jared Cunningham, Bernard James (pívot de 27 años, tras pasar seis sirviendo en el ejército norteamericano) y Jae Crowder. Además de espacio salarial para la campaña de agentes libres.
Si hay que destacar algo más, no hay que dudarlo: Jared Sullinger en los Boston Celtics con el pick 21 es una enorme noticia para la parroquia verde. A las órdenes de Doc Rivers, con su gran inteligencia para jugar y comprender el baloncesto, y a poco que le respete su espalda, de aquí a un año debe haber 20 GM's que se estén tirando de los pelos. La elección de Fab Melo en el 22, uno de esos grandes misterios de la humanidad. A la altura de la de Miles Plumlee en el 26 con los Indiana Pacers.
Los subcampeones, Oklahoma City Thunder, se encontraron por sorpresa a Perry Jones III en el 28. Una bajada increíble fruto de las dudas sobre la actitud del ex jugador de Baylor dentro y fuera de la pista. Viendo lo dramático que se estaba tornando el draft para Jones a cada elección que pasaba, terminar en Oklahoma fue lo mejor que pudo pasarle a ambas partes.
En cuanto a la representación europea, fue más de la esperada, aunque se concentró casi toda en una segunda ronda tardía que tomó tintes bufonescos.
Evan Fournier no bajó del 20 de Denver y confirmó en el papel su condición de mejor europeo del draft. Falta por ver si se atreverá a dar el paso o permanecerá más tiempo en Francia, donde corre el riesgo de estancarse si no da un salto a un nivel competitivo superior.
Tras él, dos europeos en los puestos 31 y 32. Jeffery Taylor en el 31 para Charlotte. Sueco, para más señas de Norrkoping (ciudad a la que el Fuenlabrada viajó en la primera fase de la Eurochallenge este año), pese a haber completado su formación en la universidad de Vanderbilt. Y en el 32 Tomas Satoransky, primer jugador drafteado en la historia del Club Baloncesto Sevilla. Recaló en los Washington Wizards, aunque no se espera que su incorporación sea inmediata.
Para encontrarse al siguiente hay que irse hasta el controvertido pick número 48. La parroquia neoyorquina estaba expectante, como siempre, por conocer su primer y único jugador elegido en el draft. Y terminó, como siempre, abucheando al ejecutivo Adam Silver cuando pronunció el nombre de Kostas Papanikolau, que fue recibido con estupor por los fans presentes en el Prudential. Poco importa su condición de campeón de Europa con el Olympiakos. En New York lo interpretan como una elección tirada a la basura.
Y a partir de ahí, fiesta internacional. Denver se la jugó en el 50 con otro europeo, Izzet Turkyilmaz, pivot del Banvit turco; Kuzmic en el 52 para Golden State; Furkan Aldemir, de Galatasaray, el más sólido, a Clippers con el 53; y con el 54 Tornike Shengelia, ex del Valencia y ahora en el Charleroi belga, a Brooklyn via Philadelphia.
Completaron la mágica última decena de elecciones Tomislav Zubcic, de la Cibona de Zagreb, que se fue a Toronto en el pick 56; y el más sorprendente de todos, Ilkan Karaman, que también dejó boquiabiertos a los fans de los Nets que escucharon su nombre en el puesto número 57. Casi todos ellos comparten un asombroso patrón común: pívots altos y tiradores, con cierta alergia a la zona y la brega. La última moda.
Así pues, ¿quien es el ganador del draft? ¿New Orleans? ¿Portland? ¿Miles Plumlee? ¿Yo con mi 5 de 30? Hagan juego.
