En estos días de descanso de Mundial, el resto del planeta deportivo sigue funcionando a pleno rendimiento. Es el caso de la NBA en la que esta madrugada se abrió el plazo para firmar a los agentes libres que a buen seguro supondrán una variación dramática en el mapa del baloncesto americano de cara al año próximo.
Cada verano la época de FA se convierte en un culebrón de altura. Este año, con nombres como Dwyane Wade, Dirk Nowitzki, Chris Bosh, Amare Stoudamire, Paul Pierce, Ray Allen y, sobretodo, LeBron James en el mercado, lo de Pasión de Gavilanes va a quedar en un juego de niños.
LeBron James, la pieza más cotizada, el santo grial para algunos y la piedra filosofal para otros. Para todos los que cuenten con él en sus filas, la mano que mece la cuna. Desde que fue elegido en el draft de 2003 con el numero 1, los Cleveland Cavaliers han crecido al mismo ritmo que lo ha hecho él. Desde las prometedoras primeras temporadas llenas de interrogantes sobre el jugador y sobre el equipo hasta una última temporada en la que, ya sin dudas, los Cavs eran claros candidatos al anillo de la mano del, con pocas dudas, mejor jugador de la liga.
Ahora el héroe busca nuevo comic. Puede decidirse por lo erótico y hentai si firmara por los Chicago Bulls; por las aventuras si lo hiciera por los New Jersey Nets; o firmar por Marvel e irse a los Knicks.
De jugar LeBron en los Bulls, las comparaciones serían inevitables. Los Bulls son, por definición, el equipo de Michael Jordan y lo serán siempre, LeBron mediante o sin mediar. Cada partido, cada momento, cada serie final, cada tiro de LeBron en los Bulls tendría un halo de morbo inigualable. Y un halo de negocio inigualable también. La NBA se frota las manos pensando en 'The Chosen One' en Chicago, de ser por David Stern obligarían a los Bulls a descolgar el 23 de Michael. Tiemblo al pensar en el bombardeo de anuncios de Nike en caso de suceder tal cosa.
De hacerlo en los Nets la historia tomaría tintes épicos. New Jersey Nets: 12 victorias y 70 derrotas en la temporada 2009/2010. Dar la vuelta a esos números en una sola temporada sería una de las mayores hazañas de la historia de la NBA y sin duda supondría la coronación de LeBron James como leyenda de la liga. Sería el gran puñetazo sobre la mesa del nuevo dueño de los Nets, Mikhail Prokhorov, que prometió revolución cuando se hizo con la franquicia. Desde que se abrió el plazo para firmar agentes libres, la comitiva de los Nets, encabezada por el rapero Jay-Z (copropietario de la franquicia), ya ha visitado a LeBron en su propia casa. Le han ofrecido prácticamente plenos poderes dentro del equipo, todo el dinero que les es posible pagar, que es mucho, e incluso sus propias lineas de ropa, colonias y merchandising de todo tipo. Para el jugador, sería una aventura titánica y supondría un esfuerzo descomunal para alcanzar el éxito en una fase de su carrera tan determinante como para que un año en el desierto no sea admisible. Para el equipo, sería el mayor milagro de toda su historia y, unido al traslado a Brooklyn, el renacer de la desgastada marca 'Net' en el panorama NBA. Como curiosidad, el dorsal 23 también está retirado en la franquicia de New Jersey (John Williamson, 1973/1980).
La otra opción de la que más se ha hablado es la de los New York Knicks. Para la NBA como empresa, esto sería aún más beneficioso que ver a LeBron de rojo bull. Volver a ver a los Knicks arriba, sacar a New York del ostracismo y el despilfarro, terminar con el escarnio público al que son sometidos temporada tras temporada. Con el sign de LeBron por los Knicks la NBA recuperaría un cachito de su historia, recobraría algo de su esencia y volvería a llamar a filas a toda aquella generación enamorada de los Knicks de Ewing que se desenganchó poco a poco con Don Chaney primero e Isiah Thomas después. Si además, como se presume, se juntara allí con Dirk Nowitzki, la cosa podría ser muy seria. ¿Se imaginan unos Knicks ganadores otra vez, un Madison ilusionado de nuevo?. Se lo merece un equipo histórico, se merece terminar con nueve años de ausencia en play-offs de los últimos diez.
Faltan por escribir muchos capitulos del culebrón pero, pase lo que pase, lo que queda claro es que el protagonista de la próxima temporada ya está decidido.
Confeti para los Knicks.
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