Brasil entró en colapso
0-1: Robinho. 10'
1-1: Felipe Melo (propia puerta). 56'
2-1: Wesley Sneijder. 68'
El Mundial ya no es territorio brasileño, almenos no este de Sudáfrica. Brasil ha quedado eliminada en un partido en el que comenzó con todo de cara y que poco a poco se le fue complicando hasta terminar en un estado de alteración e impotencia total y absoluto.
Los primeros minutos tuvieron color carioca (hoy azul). Las ocasiones llegaron desde el principio e incluso les anularon, correctamente, un gol por fuera de juego de Dani Alves. No importó porque a la jugada siguiente Felipe Melo, que luego se convertiría en el gran villano del partido, puso un fantástico balón entre lineas a Robinho que definió con una frialdad enorme y puso el 0-1. Visto lo visto hasta el momento en el Mundial, podía parecer que Holanda se había metido en un lío muy serio y que Brasil, esta nueva Brasil de cemento armado, no desaprovecharía la ventaja. Pero luego el fútbol nos pondría a cada uno en nuestro sitio.
Durante la primera parte el partido no tuvo mucha historia. Discurrió entre patadas, nervios y una contemporización que venía fabulosamente bien a los brasileños. Holanda no encontraba ni a Sneijder ni a Robben y no era capaz de generar un juego veloz ni de conectar con un delantero, Van Persie, que en realidad no lo es, pero esa es otra historia. Con la llegada del descanso el partido parecía bastante franco para los de Dunga y su camino hacia la final bastante despejado. Pero todo cambió tras la reanudación.
En el diez de la segunda, en una falta en banda derecha Sneijder puso un balón al área en teoría muy claro para el portero. No lo entendió así Felipe Melo que decidió tratar de despejar sin saber que Julio Cesar intentaba hacer lo mismo, con tan mala suerte de que chocaron y entre unos y otros, la casa sin barrer. Holanda había empatado con un gol en propia puerta y ahora el partido cambiaba drásticamente.
Brasil tenía que ofrecer algo más, pero no lo iba a tener nada fácil ante una Holanda enrabietada y lanzada a por la victoria ahora si de la mano de Sneijder y Robben que buscaba insistentemente percutir por la banda defendida por Bastos, cada vez más superado por la situación. Dunga decidió sustituir al del Lyon por Gilberto Melo pero sólo cuatro minutos después de eso se adelantaría Holanda para terminar de escribir el cuento de terror para toda la 'torcida' de la canarinha. Fue de nuevo a balón parado, balón centrado al primer palo donde es prolongado y Sneijder en boca de gol se lo encuentra y no tiene más remedio que mandarlo al fondo de la red. 2-1 para Holanda y ahora sí que sí Brasil obligada a la heroica.
Más heroica todavía cuando en el 73 Felipe Melo decidiese convertirse definitivemente en el gran villano y se autoexpulsara de manera chusca y lamentable, pisoteando a Robben cuando éste estaba en el suelo. Un final de Mundial para Melo que funciona perfectamente como resúmen del campeonato que nos ha brindado este señor: una auténtica vergüenza.
De ahí al final, el partido fue un sinsentido lleno de épica pero falto de fútbol. Brasil, menos Brasil que nunca, solo llevaba peligro a balón parado y los holandeses parecían empeñados en dilapidar ocasiones a cada cual más clara. Pudo marcar Kuyt, pudo marcar Sneijder, pudo marcar Huntelaar que salió por Van Persie...pero ninguno lo hizo, claro que tampoco lo hizo Brasil que solo tuvo una ocasión clara en las botas de Kaka. Lo demás, patadas, caídas, protestas y poses, nada más.
Tras el partido, Dunga presentó su dimisión en la rueda de prensa en una decisión que a buen seguro aplaudirá un país que se veía con el hexacampeonato en sus manos. Ahora es Holanda la que, sin ofrecer mucho, se planta en semis y reclama ese Mundial que tanto tiempo se les ha resistido.
Holanda:
3- Wesley Sneijder
2- Dirk Kuyt
1- Mark Van Bommel
Brasil:
3- Robinho
2- Juan
1- Maicon
Los primeros minutos tuvieron color carioca (hoy azul). Las ocasiones llegaron desde el principio e incluso les anularon, correctamente, un gol por fuera de juego de Dani Alves. No importó porque a la jugada siguiente Felipe Melo, que luego se convertiría en el gran villano del partido, puso un fantástico balón entre lineas a Robinho que definió con una frialdad enorme y puso el 0-1. Visto lo visto hasta el momento en el Mundial, podía parecer que Holanda se había metido en un lío muy serio y que Brasil, esta nueva Brasil de cemento armado, no desaprovecharía la ventaja. Pero luego el fútbol nos pondría a cada uno en nuestro sitio.
Durante la primera parte el partido no tuvo mucha historia. Discurrió entre patadas, nervios y una contemporización que venía fabulosamente bien a los brasileños. Holanda no encontraba ni a Sneijder ni a Robben y no era capaz de generar un juego veloz ni de conectar con un delantero, Van Persie, que en realidad no lo es, pero esa es otra historia. Con la llegada del descanso el partido parecía bastante franco para los de Dunga y su camino hacia la final bastante despejado. Pero todo cambió tras la reanudación.
En el diez de la segunda, en una falta en banda derecha Sneijder puso un balón al área en teoría muy claro para el portero. No lo entendió así Felipe Melo que decidió tratar de despejar sin saber que Julio Cesar intentaba hacer lo mismo, con tan mala suerte de que chocaron y entre unos y otros, la casa sin barrer. Holanda había empatado con un gol en propia puerta y ahora el partido cambiaba drásticamente.
Brasil tenía que ofrecer algo más, pero no lo iba a tener nada fácil ante una Holanda enrabietada y lanzada a por la victoria ahora si de la mano de Sneijder y Robben que buscaba insistentemente percutir por la banda defendida por Bastos, cada vez más superado por la situación. Dunga decidió sustituir al del Lyon por Gilberto Melo pero sólo cuatro minutos después de eso se adelantaría Holanda para terminar de escribir el cuento de terror para toda la 'torcida' de la canarinha. Fue de nuevo a balón parado, balón centrado al primer palo donde es prolongado y Sneijder en boca de gol se lo encuentra y no tiene más remedio que mandarlo al fondo de la red. 2-1 para Holanda y ahora sí que sí Brasil obligada a la heroica.
Más heroica todavía cuando en el 73 Felipe Melo decidiese convertirse definitivemente en el gran villano y se autoexpulsara de manera chusca y lamentable, pisoteando a Robben cuando éste estaba en el suelo. Un final de Mundial para Melo que funciona perfectamente como resúmen del campeonato que nos ha brindado este señor: una auténtica vergüenza.
De ahí al final, el partido fue un sinsentido lleno de épica pero falto de fútbol. Brasil, menos Brasil que nunca, solo llevaba peligro a balón parado y los holandeses parecían empeñados en dilapidar ocasiones a cada cual más clara. Pudo marcar Kuyt, pudo marcar Sneijder, pudo marcar Huntelaar que salió por Van Persie...pero ninguno lo hizo, claro que tampoco lo hizo Brasil que solo tuvo una ocasión clara en las botas de Kaka. Lo demás, patadas, caídas, protestas y poses, nada más.
Tras el partido, Dunga presentó su dimisión en la rueda de prensa en una decisión que a buen seguro aplaudirá un país que se veía con el hexacampeonato en sus manos. Ahora es Holanda la que, sin ofrecer mucho, se planta en semis y reclama ese Mundial que tanto tiempo se les ha resistido.
Holanda:
3- Wesley Sneijder
2- Dirk Kuyt
1- Mark Van Bommel
Brasil:
3- Robinho
2- Juan
1- Maicon
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