lunes, 19 de julio de 2010

Deporte de caballeros

El ciclismo, pese a todas las críticas y bocas malintencionadas, ha sido, es y será siempre un deporte noble. Y como tal no hay, o no debería haber lugar en él para polémicas como la surgida hoy entre Alberto Contador y, el que era maillot amarillo, Andy Schleck.

Para los que no lo sepan, en plena subida a Port de Balès Andy Schleck lanzó un ataque ciertamente duro que consiguió sacar de rueda al madrileño. Con tan mala suerte que en pleno ataque al luxemburgués se le salió la cadena y tuvo que echar pie a tierra, circunstancia que aprovechó Contador para contraatacar y conseguir con Andy una diferencia que más tarde valdría el maillot amarillo.

Pillería, dirán algunos; competición, dirán otros. No debería haber lugar a polémicas de este tipo en un deporte como el ciclismo, en el que la persona lo es todo y la máquina es muy poco, nada. Todos compiten en igualdad de condiciones y con sus piernas como único instrumento para marcar diferencias. Nos cansamos de criticar a la Fórmula 1 porque un piloto muy bueno con un coche muy malo no es nada pero sin embargo aquí nos sobra el tiempo para ponernos a aplaudir a quien se aprovecha de lo técnico y no de lo humano para sacar provecho. ¿Coherencia? No, para qué.

Yo en deporte tengo una máxima que es que siempre voy con los justos. Por eso no he animado hoy a Alberto ni quise que ganara Uruguay aquella tanda de penalties contra Ghana, porque no me pareció justo. Me ha decepcionado Alberto esta tarde pero, por suerte, horas después le ha devuelto a la palabra nobleza todo su significado.

Mediante su videoblog el de Pinto ha pedido disculpas por la imágen ofrecida y se ha mostrado disgustado por la situación y las reacciones que se han generado al calor de la misma. Es un gesto que le honra y le hace más grande pese a que algunos piensen que simplemente es un brindis al sol para salir del paso. Sinceramente no lo creo, hay sinceridad en sus palabras y sabe que de estar él en el lugar de Andy Schleck hoy le costaría conciliar el sueño, y Alberto es buena persona. Y sobretodo tiene muy buena relación con Andy.

Así pues bravo por Alberto, bravo por Andy que ha guardado las formas en todo momento en una situación en la que quizás eso no sea nada fácil y bravo por un deporte, el ciclismo, que demuestra una vez más que hasta en la polémica y la disputa es el más noble de los esfuerzos.

Confeti para todos los héroes que surcan Francia durante estos 21 días.

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