martes, 24 de agosto de 2010

El verano y el deber de criticar

Que levante la mano quien no haya maldecido alguna vez el dichoso soniquete de todos los veranos de El Corte Inglés, aquello de: "volver a empezar otra vez, volver a estrenar zapatos y libros...". Significaba siempre la vuelta a la rutina, la depresión post-vacacional y en definitiva era el aviso de que oscuros meses se cernían sobre nuestras inocentes personas. Pero cuando se habla de deporte la historia cambia y mucho.

Por fin vuelve la competición, el vértigo del éxito y del fracaso, o de la alternancia de ambos de un día para otro. Dentro de cuatro días comienza la Liga BBVA y también el Mundobasket de Turquía 2010. Atrás quedan de una vez las tediosas pretemporadas, los dimes, los diretes y las famosas 'pruebas' que lo son cuando se pierde pero no cuando se gana. El Sábado pasaremos del todo vale al sólo vale ganar.

Y precisamente por eso, por el "sólo vale ganar" es por lo que muchos estetas de los que florecen al sol que más calienta atizan a uno de los grandes protagonistas del verano: José Mourinho. Los argumentos que esgrimen son ciertamente vagos y bastante peregrinos. Basados todos en el pasado y ninguno en el presente. Para ser más exactos en la temporada pasada, y para ser ya exactos del todo en la vuelta de las semifinales de Champions League ante el Barcelona en el Camp Nou. Para estos 'atizadores', ese parece ser el único partido que Jose Mourinho ha entrenado en toda su vida. Debe ser que en la ida de esa misma eliminatoria en el banquillo del Inter se sentaba Helenio Herrera, quien sabe.

Del mismo modo, es fácil pillar en renuncios a estos adalides del buen gusto. Son los que llenan las páginas de los periódicos y los sitios de internet de bonitas peroratas sobre la confianza, el dejar trabajar, los proyectos, etcétera, etcétera, y son los mismos que llevan pegando duro a Mourinho desde antes incluso de que firmara por el Real Madrid. Cosas que tiene la vida, es la salsa de este mundillo, por otra parte.

Pero hay que comprenderlo, en tiempos tan aburridos para el fútbol como los veraniegos, atizar es un buen modo de pasar el rato. Por dar le han dado hasta al bueno de Pep Guardiola. Que si está seco en las ruedas de prensa, que si mira de reojo a Ibra en los entrenamientos, que si coloca el papel higiénico de su casa al revés, que si pone a muchos canteranos, que si pone a pocos... perdonanos Pep, nos pagan para esto, supongo que lo entiendes.

Y como la cosa va de criticar a entrenadores y a mi me ha entrado envidia, pues me subo al carro aunque cambiando de tercio y apunto hacia el seleccionador español de baloncesto: Sergio Scariolo. En próximos artículos me extenderé sobre el Mundobasket y sobre la selección española en concreto, de momento solo diré que el amiguismo y el 'enchufe' han sido dos factores que durante mucho tiempo han hecho bastante daño al baloncesto en nuestro país. Con Pepu se borró esa huella pero con Scariolo está renaciendo peligrosamente. Nadie habla, nadie critica, parece ser que el producto FEB es sagrado. Pero no lo es, hay muchas sombras en esa organización, y son más oscuras cuanto más altas.

Confeti para Mourinho.

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