
GP horribilis de Renault

ESPAÑOLES: Alonso no brilla, Alguersuari abandona e Hispania acaba

EXAMEN
Sobresaliente: Hamilton
Notable: Webber
Bien: Massa
Suficiente: Vettel
Insuficiente: Alonso
Suspenso: Renault
Cero patatero: Pérez
Valters tocó la flauta
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Duelo tenso el vivido en la tarde de Domingo en el Pabellón Fernando Martín. Fuenlabrada y Manresa, con objetivos bien distintos a estas alturas de la temporada, brindaron un espectáculo de calidad discutible pero intensidad incuestionable. Al final, la victoria fue para los locales por un escueto 55-54, pero que sabe a oro.
Fuenlabrada y Manresa saltaron al parquet del Fernando Martín contagiados de la pereza dominical que se respiraba en las gradas. Ataques erráticos y defensas ajustadas provocaron en los primeros minutos un fallo tras otro hasta que a los tres minutos de partido Manresa sumó la primera canasta del partido. Fuenlabrada sacó partido de penetraciones, finalizadas o dobladas para tiros exteriores de Mainoldi y consiguió las primeras rentas en el marcador del partido. Manresa, mientras, seguía buscando una identidad en ataque. Al final del primer cuarto el marcador reflejaba un pobre 14-8.
En el segundo periodo el guión no se modificó demasiado. Con Barton acumulando minutos de 4 ante la baja ya definitiva de Biyombo, los ataques eran previsibles y de sentido único. Manresa trató de buscar dentro a Slokar y Majstorovic para castigar el mermado juego interior de los locales, pero su éxito fue escaso, consiguiendo finalizar en pocas ocasiones y permitiendo correr al Fuenlabrada que llegó a escaparse de 8 puntos (23-15). Reaccionaron rápido los de Ponsarnau con un triple de San Miguel y una canasta interior de Majstorovic para volver a poner el partido en un puño. El mexicano Ayón, prácticamente inédito de cara al aro, lo cual notó claramente el Fuenlabrada, puso la canasta final de la primera parte: 27-22. El partido hasta el momento discurría a ritmo de nana. La grada respondía con bostezo general.
Tras la reanudación, Manresa consiguió ordenar sus ideas en ataque y castigó duramente la pintura fuenlabreña durante unos muy buenos minutos de Uros Slokar. El Fuenlabrada comenzaba a acumular pérdidas en ataque y a aumentar gradualmente su nivel de desesperación ante la potente defensa catalana. Encontrar dentro a Ayón se convertía por momentos en misión imposible y las referencias exteriores eran también anuladas por la tela de araña tejida por Jaume Ponsarnau. Con el Fuenla seis arriba, un arreón final del veterano Alzamora llevó a los visitantes a igualar el electrónico antes del último cuarto. Un pírrico 38-38 que dejaba todo por decidir.
En el definitivo, el primer golpe lo asestó Manresa, de nuevo por medio de Slokar que convirtió un 2+1 para darle ventaja a su equipo por primera vez desde el 0-2 inicial. El Fuenla encontró por fin a Mainoldi, insistente, y volvió a recuperar el mando del partido (45-41). El ritmo anotador continuaba bajo mínimos y cualquier ventaja por mínima que fuese se antojaba definitiva. Sin embargo, el Manresa luchó contra esa lógica y por medio de Montañez y San Miguel consiguió un 0-8 de parcial que dejaba los ánimos de la parroquia fuenlabreña congelados, a menos de tres minutos del final y cuatro por debajo en el marcador, con los Play-Offs en juego, a vida o muerte.
Fue entonces cuando apareció el héroe del partido, Kristaps Valters. El letón sacó a la grada del letargo con un triplazo en el último segundo de posesión que volvía a poner al Fuenlabrada a uno. Acto seguido respondió Montañez con otro triple sensacional. El Fuenlabrada no bajó los brazos. Mainoldi desde el tiro libre y Ayón empataron el partido a 52, justo antes de que Rabaseda cometiese la 5ª falta personal ya en el último minuto. San Miguel puso el 52-54 desde el tiro libre, y Slokar pudo poner el 52-56 definitivo si los árbitros hubieran dado por válida su canasta sobre la bocina de posesión. En un primer momento el árbitro principal, Redondo, dio la canasta por válida, pero ante las protestas de Salva Maldonado consultó a sus compañeros y decidieron finalmente anular la canasta, decisión que posteriormente el técnico de Manresa en rueda de prensa consideró acertada. Así las cosas, con 52-54, al Fuenlabrada le quedaban 6 segundos para seguir soñando con las eliminatorias por el título. Una jugada embarullada, el balón llega a Valters en posición frontal y el letón se levanta en una posición forzadísima, cayendo hacia atrás y soltando el balón al límite para convertir un triple absolutamente espectacular que, ahora sí, instaló la locura en las gradas con el Fuenla uno arriba. En las 8 décimas restantes, Manresa tuvo tiempo para un tiro, Montañez recibió en la esquina y, no sin cierta comodidad, pudo levantar el tiro que casi roba el aliento a los 5.000 fuenlabreños del Fernando Martín. La bola no entró. Fuenlabrada vuelve a estar entre los ocho primeros y mantiene vivo el sueño de volver a unos Play-Offs nueve años después.
¿Para qué se ha ido Biyombo a Portland en medio de la temporada? Es la pregunta que rondaba por las mentes de buena parte de los aficionados al baloncesto, españoles en general y fuenlabreños en particular. Para jugar una pachanga, decían unos; para perder el tiempo, otros; para abrirse las puertas de la NBA, algunos menos. A toro pasado, podemos decir que para hacer historia.
La del Rose Garden ha sido la decimocuarta edición del Nike Hoop Summit. Torneo que ha sido testigo de grandes actuaciones y grandes futuras estrellas. Rápidamente vienen a la cabeza nombres como Kevin Durant, Dirk Nowitzky, Kevin Garnett o más recientemente John Wall. Partidos como el de Enes Kanter el año pasado, cuyos 34 puntos de aquella noche aún hoy le siguen asegurando un puesto entre los 10 primeros del Draft de 2011, pese a haber estado toda la temporada inactivo por un problema contractual que le impidió jugar en la NCAA. Nos vamos haciendo una idea de la magnitud del evento, que se celebra durante toda una semana ante la atenta mirada de todas las franquicias NBA, con sus respectivos general managers incluidos en muchos casos.
Muchos años, muchos jugadores, muchas estrellas, pero ninguna actuación como la de Bismack Biyombo en la pasada madrugada del Sábado. 12 puntos, 11 rebotes y…¡10 tapones! para completar el primer triple-doble de la historia del torneo. Ya desde su llegada la prensa especializada comenzó a centrar su atención en el pivot congoleño. Las medidas oficiales del primer día dejaron boquiabiertos a propios y extraños: 2.05 de alto y 2.31 de envergadura. La noticia corrió como la pólvora y a las pocas horas y tras las primeras sesiones de entrenamiento del seleccionado mundial, comenzaron a aflorar las voces que comparaban a Biyombo a nivel defensivo con jugadores de la talla de Dwight Howard o Ben Wallace. Jonathan Givony, uno de los más afamados bloggers de la prestiogiosa web DraftXpress, no paró durante toda la semana de dar buena cuenta de la notoriedad que el joven pivot congoleño estaba adquiriendo y de cómo sus aspiraciones en el próximo Draft de la NBA subían como la espuma a cada día que pasaba. “Su intensidad, su físico, su lectura del juego…es un auténtico espectáculo” comentaba otro periodista americano en los días previos al partido.
Por fin, el Sábado llegó la hora de la verdad y el balón se echó al aire a las 4 de la mañana hora española. Enfrente, una generación verdaderamente brillante: el espectacular Austin Rivers (hijo de Doc Rivers), el potentísimo Brad Beal y el trío mágico de los recruits de Kentucky University para el año próximo: Anthony Davis, Michael Gilchrist y Marquis Teague. Mucho talento. Biyombo empezó impetuoso, como siempre, algo pasado de revoluciones, pero intimidando como el que más. Al término del primer cuarto ya había colocado dos tapones y comenzaba a imponer respeto en las zonas. Era prácticamente, junto al polaco Ponitka y el francés Evan Fornier, la tabla a la que agarrarse por parte del World Select Team. Poco a poco empezaron a llegar balones a Bismack en ataque, a los cuales respondió con cuatro puntos consecutivos: un posteo con sensacional remontada por línea de fondo y un mate de los que hacen peligrar la integridad de la canasta tras rebote ofensivo. Empezaban los murmullos.
Pero en la segunda mitad, los murmullos se volverían locura, en la grada y en las redes sociales, cuando Bismack, ‘el saltador de cobre’ como lo bautizó Daniel Barranquero en ACB.COM empezase con su particular festival. En ataque, se hinchó a rebotes ofensivos y pudo por varias ocasiones notar el frío tacto del aro al machacar la pelota, aunque afeó algo su faena desde la línea de tiros libres. Pero en defensa, dejó claro a todos los scouters que lo que habían visto durante toda la semana no había sido un espejismo: es un auténtico portento del tapón. Uno, y otro, y otro, y otro, y otro, a cualquier americano que osara entrar en la zona del combinado mundial se le hacía de noche cuando observaba los poderosos 2.31 de Biyombo elevarse en horizontal para dibujar en el aire un sonoro: not in my house. A todavía un par de minutos para el final, el congoleño contaba ya nueve tapones en su cuenta particular, igualando el record de Saer Sene y de un tal Kevin Garnett, pero Bismack quería más, y no paró hasta que puso el décimo, quizá no el más ortodoxo pero sí, desde luego, el más histórico. “La diferencia con Saer Sene es que Biyombo hace esto mismo en un equipo ACB de Play-Off y sin ninguna experiencia previa, mientras que Saer Sene no era capaz de abandonar el banquillo del peor equipo de Bélgica” decía el antes mencionado Givony.
La valoración NBA de Biyombo ha subido como la espuma en pocos días. De no aparecer en las previsiones hace apenas un mes a situarse cómodamente en puestos de Lottery Picks (las 14 primeras elecciones), a la altura de Nikola Mirotic, Marcus Morris, Jordan Hamilton, la sensación de la Universidad de Texas o Jimmer Fredette, la mediática estrella de Brigham Young. Y por encima de otros como Kenneth Faried, de Morehead State y el más talentoso reboteador de la NCAA. No obstante, se le siguen reconociendo aspectos a pulir, principalmente su juego ofensivo y su rango de tiro.
Dicho todo eso, parece claro descartar que Biyombo haya ido a Portland a jugar una pachanga o a perder el tiempo, sino a dar un paso verdaderamente importante en su carrera. Las consideraciones sobre cual es la postura más acertada que el Fuenlabrada debería adoptar en este momento, las dejamos para otra ocasión, pero el partido del Domingo ante Estudiantes debería ser una pista importante.
“Intenté twittear algo, pero Biyombo lo taponó” – John Hollinger, analista ESPN.
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La temporada avanza y los objetivos están cada vez más definidos. Los equipos se juegan todo en cada partido y tanto Fuenlabrada como Menorca estaban obligados a demostrarlo hoy sobre la cancha. Los de Maldonado llegaban con los dientes apretados para mantener su plaza de Play-Off; los de Paco Olmos, con los dientes más apretados aún para conseguir aferrarse a la esperanza de la salvación, cada vez más lejana.
El partido comenzó inclinando la balanza hacia los más necesitados. Los baleares salieron muy enchufados al partido de la mano de un Sanders sensacional que con 7 puntos de inicio otorgaba a Menorca las primeras ventajas del partido (7-13). Reaccionó rápido Fuenlabrada, Maldonado cambió la pareja interior y el trabajo de Mainoldi y el redimido Biyombo surtió frutos inmediatamente, parcial de 8-0 y Fuenlabrada ya estaba por delante. La facilidad anotadora de los visitantes desapareció de pronto ante un Biyombo imperial en los dos tableros y los madrileños cerraron el primer cuarto con un espectacular triple sobre la bocina de Quino Colom que dejó el marcador en 22-20.
Con el comienzo del segundo cuarto, Fuenlabrada confirmó la línea ascendente y de la mano de un Mainoldi soberbió empezó a abrir brecha en el marcador. A Menorca le costaba cerrar líneas de pase, concedía cada vez más tiros claros y Fuenlabrada no lo desaprevechó. Si a esto le sumamos la gran superioridad de Fuenlabrada en el rebote ofensivo y defensivo y la falta de circulación en el ataque menorquín, nos encontramos con todos los ingredientes necesarios para el marcador con el que se llegó al descanso: 43-28, partido tranquilo y calma en las gradas.
El inicio del tercer cuarto no parecía predecir un gran cambio en la situación, de hecho, la intensidad de Ayón y Colom llevaba al Fuenla a superar en determinados momentos la barrera de los 20 de diferencia (52-31). Menorca, que se veía ya absolutamente fuera del partido, sufrió un repentino ataque de orgullo y se acordó quince minutos después de como anotar y atacar el aro. A ello se sumó la caraja defensiva del Fuenla, que permitió que pocos minutos después los de Paco Olmos estuvieran de nuevo a diez puntos en el marcador (57-47). Fue un espejismo, rápidamente Maldonado metió en pista a Valters y el letón con dos triples consecutivos se encargó de volver a poner las cosas en su sitio y permitir un respiro a la grada del Fernando Martín. Al final del tercer cuarto, 63-49 y poco por decidir, más por las sensaciones que por el marcador.