viernes, 4 de marzo de 2011

Desprecios y menosprecios

Primero, debo pedir disculpas por la falta de actualización del blog. Un poco de ajetreo me ha tenido algo alejado de las líneas estas últimas semanas, pero aún así me sorprende ver como el ritmo de crecimiento del blog es más que correcto. Gracias a todos.

Segundo, me gustaría llamar la atención sobre dos actitudes bochornosas que han acontecido en nuestra cara en el día de hoy: una tiene por protagonista a Televisión Española y la otra al entrenador del Málaga, Manuel Pellegrini.

La de TVE tiene que ver con el baloncesto, con un menosprecio más de la cadena estatal a un deporte tan querido y practicado en España como es el basket. Un menosprecio más a los aficionados de la pelota naranja, más fieles que ningún otro y, sobre todo, un menosprecio más, el último de una larguísima lista, a su producto, a su mercancía, a sí mismos.

Real Madrid-Montepaschi Siena y Power Electronics Valencia-Fenerbache. En ambos partidos un equipo español, en uno nada en juego, en el otro absolutamente todo. Teledeporte opta por emitir en directo el partido del Real Madrid y dejar el del Valencia para el diferido de la madrugada. Sí, sí, de madrugada.

Y sí, ya se que Teledeporte no ofrece el partido en directo porque los derechos para hacerlo le pertenecen a Canal Nou. ¿Resta eso un ápice de desvergüenza a la situación? ¿Es motivo suficiente para que el resto de España sea incapaz de ver el partido y tenga que tragarse el bodrio infumable de la Caja Mágica? En mi opinión no. Simple y llanamente nos encontramos ante otro ejemplo más del Estado de las Autonomías mal entendido. Del Estado de las discriminaciones, de la diferenciación absurda y de la exclusividad entendida en su concepto más rancio.

Me pregunto si tan difícil es que una cadena autonómica retransmita un partido en el territorio de su Comunidad Autónoma y la televisión estatal lo haga en el resto de España, como ha pasado en otras ediciones de la Euroliga o, sin ir más lejos, toda la vida de Dios en la 1ªDivisión del fútbol español, cuando La2 emitía el partido de los Sábados en las Comunidades sin televisión propia. Tengo enorme curiosidad por saber qué beneficio obtiene Canal Nou con que el partido no se pueda ver por ningún medio en Madrid, Sevilla, Alpedrete o Villalpando. De hecho tengo mucha más curiosidad aún por saber si el tema realmente tiene algo que ver con Canal Nou o si simplemente es pura ineptitud por parte de TVE, opción por la cual me inclino, sinceramente.

En cualquier caso, y sean quienes sean los culpables de que los aficionados al baloncesto no hayamos podido ver al Valencia Basket hacer historia, los jodidos somos los mismos de siempre. Y estamos hartos.

Igual de jodidos supongo que se encontrarán los aficionados del Málaga CF. A ellos también les han faltado al respeto. No sus jugadores, no los jugadores del Real Madrid, no Mourinho, no hoy. Lo sorprendente es que quien les ha faltado al respeto grave, muy gravemente ha sido el entrenador de su propio equipo: Manuel Pellegrini.

Un hombre exquisito en las formas, correctísimo en las maneras, un tipo templado, un caballero y un ejemplo. Todo eso y mucho más, soy un gran admirador del Ingeniero, pero hoy se equivocó, se equivocó gravemente.

"En ningún momento nos planteamos disputar los puntos de este partido". La declaración se comenta por sí misma. La tristeza que evoca y lo denigrante que resulta para cualquier profesional del fútbol deja sin palabras, alucina. No tiene justificación alguna, no es matizable, no es culpa de la competición ni del empedrado, es suya y sólo suya, y apuesto a que Pellegrini lo sabe y a que esta noche dormirá pocas horas.

Sus palabras son un descalificativo enorme hacia su equipo y una ofensa espeluznante hacia su afición. Hacia los casi mil malaguistas que se han tragado 12 horas de carretera en el día para ver una pantomima, un chiste y un sainete reconocido públicamente. Mil personas con todo el derecho del mundo a pedirle al Málaga CF o al señor Pellegrini de su bolsillo que les devuelvan su dinero. Y otras muchas que no han pagado pero se han sentido igualmente insultadas y traicionadas al ver salir de la boca de su entrenador unas palabras impronunciables, impensables, demenciales.

Ánimo a todos ellos y ánimo al fútbol español, que se nos muere.

Confeti para Omar Cook.

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