miércoles, 9 de noviembre de 2011

Baloncesto Fuenlabrada 89-75 Norrkoping Dolphins

El show de los delfines duró un cuarto


Sorprendieron, sí, de inicio los suecos. No por desconocidos, pues el equipo de Porfi sabía bien que su estilo era llegar, tirar y correr para adelante y para atrás sin orden ni concierto. Sorprendieron porque es difícil ordenar la anarquía, y durante diez minutos el Fuenlabrada se enfrascó en una lucha picassiana que le favoreció poco. Después apareció Sergio Sánchez y con trazo fino mató el partido. Goloso regreso a Europa tras casi una década. El 89-75 del final debió ser más.

Pero volviendo al inicio, los Dolphins se plantaron en Fuenlabrada sin su canalizador Jeromanovs, lesionado, dispuestos a hacer el kamikaze. Lo insólito de su juego se plasmó desde antes incluso de empezar el partido: el salto entre dos lo realizó el alero, de 1.98. El bueno de Oladapo Ayuba. Con nervio eléctrico empezaron a tirar triples desde antes de que la gente tomase asiento, y cuando lo quisieron tomar Seay, Mitchell y Drains ya tenían el zurrón bien cargado y los Dolphins estaban por delante, hasta por cinco puntos. Colom se vio tan desconcertado como el resto de la parroquia fuenlabreña y no acertó a poner calma y enfriar las aspiraciones nórdicas. Si había que jugar a lo que dijeran los suecos, los elegidos para hacerlo fueron Muñoz y Penney, y lo hicieron bien. Lo suficientemente bien como para cerrar el primer cuarto por encima en el marcador, 21-19.

Pero no era ese el objetivo y el segundo cuarto trajo consigo la entrada de Sergio Sánchez y la reescritura de las normas del juego. Templó los ánimos y cambio de emisora. Del Oi! pasamos al soft jazz y se bailó un agarrado con Ayón. 10 puntos del mexicano y siete asistencias del gaditano son el resúmen perfecto del 2ª cuarto. Los delfines empezaban a demostrar cansancio y que la estadística es tozuda, no se puede meter todo. Poco a poco fueron perdiendo fuelle hasta el 50-38 del descanso, dirigidos por un base, Mitchell, que no es un base, y encomendados a la producción atascada de Ayuba y el rebote ofensivo del ídolo Balocka. 

En la segunda mitad el partido no tuvo historia ninguna. Si los Dolphins habían mostrado que su única vía respiratoria eran los triples, en la segunda mitad no les entró ninguno, y caput. Fuenlabrada, a base de una rotación amplia y correcta, con un Sené de manos blandas pero carácter tenaz, fue dando carpetazo al asunto de forma progresiva. Terminó el tercer cuarto ganando de 22 (72-50) y lo llegó a hacer de 25. Se le revolvieron los papeles en los últimos cinco minutos. Los suecos, de la mano de un Mitchell corajudo y un Balocka esplendoroso y duro como una roca, dieron un último arreón de casta y se despidieron con buen sabor de boca de una visita a España histórica para ellos. El 89-75 final se queda corto, pero no deja insatisfecho a nadie. 

89- Baloncesto Fuenlabrada: Colom (4), Muñoz (8), Penney (15), Mainoldi (10), Sené (13) - Laviña (3), Vega (2), Barton (8), Laso (8), Ayón (10), Cortaberría (3), Sánchez (5).

75- Norrkoping Dolphins: Mitchell (15), Saks (5), Ayuba (13), Seay (19), Balocka (11) - Riipinen (2), Drains (6), Sakinis (4).

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