Que Jose Mourinho es un tipo polémico lo sabemos todos. Lo es ahora igual que lo ha sido siempre, no es nada nuevo, pero para muchos parece ser el primer descubrimiento del LHC (aquello del acelerador de partículas, recuerden).
Muchos antimadridistas declarados aprovechan en estos días para sacar a relucir una falsa preocupación por la reputación del Real Madrid. Según estos desmemoriados, el odio hacia el Real Madrid incrementa ahora que en sus filas están los portugueses José Mourinho y Cristiano Ronaldo. Siempre según sus razonamientos, tanto Mourinho como Cristiano Ronaldo tiran por tierra la intachable imagen que el Real Madrid poseía en todos los campos de España. Ya.
El Real Madrid ha sido el equipo más odiado de España desde que se fundó allá por el año 1902. Sea por los motivos que sea, ha aprendido a convivir con ello y a aceptarlo, pese a que muchos se empeñen en vender historias para no dormir que no se cree ni el que asó la manteca. Ponen como ejemplo del "recrudecido" odio hacia el Real Madrid el partido del pasado Domingo ante el Sporting de Gijón en el Molinón. Bien, supongo que no hará falta recordar que el año pasado el ambiente fue igual de hostil y Cristiano Ronaldo no jugaba ese partido por lesión y en el banquillo estaba Pellegrini y no Mourinho. Hace dos, el Madrid se encontró también un ambiente terrible en Gijón, centrado especialmente en la figura de Raúl González, tipo polémico donde los haya, que duda cabe. Por supuesto hace dos años ni Cristiano Ronaldo ni Jose Mourinho tenían ninguna relación con el Real Madrid. Supongo que la cosa sería por Heinze, vete a saber.
Lo cierto es que ni el Madrid es ahora más odiado que antes, ni la historia del club responde a las falacias de los que hablan de oídas. Alfredo di Stefano, presidente de honor de la entidad, era en su época como jugador un moscón y un maestro del "Trash Talking" que se dice en baloncesto. Para resumir: se pasaba tocando los cojones a los rivales todo el partido, provocaba y era muy, muy poco querido por los rivales. Santiago Bernabéu, el presidente que da nombre al estadio, fue sancionado multitud de veces por sus declaraciones y ha sido sin duda uno de los presidentes más polémicos en la historia del fútbol español. Juanito era un jugador odioso, pero era nuestro. Los madridistas saben todo esto, los que parecen no tenerlo tan claro son los otros, los que manipulan, los que distorsionan, los que mienten.
Jose Mourinho a nivel de personalidad no es nada diferente a lo que ya haya tenido el Madrid mil veces en su historia. Las rivalidades históricas del conjunto merengue (Atlético de Madrid, Atlethic de Bilbao, FC Barcelona) poco o nada tienen que ver con Mourinho y Cristiano Ronaldo y no son ahora más feroces que entonces. Al Real Madrid ya se le recibía a pedradas en Gijón, San Sebastián, Pamplona, Valencia o Sevilla antes de esta temporada, pero parece ser que es costumbre habitual en los indocumentados pulsar el botón reset cada vez que se acuestan. Solo así se explica la sarta de tonterías a la que asistimos estos días.
El señor Preciado, que tanto se ofende por las "acusaciones" de Mourinho, parece ser otro de estos interesados y desmemoriados. Solo me gustaría recordar a este caballero donde se encuentra el Real Valladolid y por qué. Quizá la expresión Pacto de Llanes le suene de algo a este profesional tan íntegro y tan buen compañero. A mi desde luego que sí.
El aficionado del Real Madrid, bastante harto de toda esta situación envuelta cada día más en una profunda hipocresía, ha encontrado en Jose Mourinho un escudo que repele todos los ataques y que los devuelve multiplicado por dos. Lo que ha hecho el Real Madrid toda la vida, que nunca se ha quedado cruzado de brazos ante una afrenta, salvo de unos años a esta parte. Por tanto, se equivocan todos los que aseguran que Mourinho desgasta la imagen del Real Madrid. Nunca mejor que ahora, en ningún sitio mejor que aquí.
Avanti tutto.
Confeti para Mourinho.
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