lunes, 3 de octubre de 2011

Baloncesto Fuenlabrada 68-70 Asefa Estudiantes

Con épica y sin genio


Estudiantes, a remolque todo el partido, encontró en el último cuarto la receta exacta de la victoria. Una dosis generosa de épica marca Germán Gabriel; y el genio y el carácter del Fuenlabrada como la sal para un dietista, nada de nada. El conjunto del Ramiro borró de un plumazo en los últimos diez minutos los 30 anteriores hasta llegar al 70-68 definitivo. 

Y es que en la primera mitad absolutamente nada podía hacer presagiar un final de este pelaje. Fuenlabrada, como ante el Madrid, comenzó el partido a muchas revoluciones, y bien aprovechadas. Barton lideró los primeros minutos de juego ante un Estudiantes inoperante, de defensa floja y ataque embarullado. Los de Fisac crearon ventajas rápidamente, hasta llegar a poner el 17-8 en el marcador, pero la salida de Jaime Fernández cambió el guión del partido y lo dejó mucho más igualado al final del primer tiempo: 19-17.

En el segundo acto, Penney se vistió de Penney e hizo lo que tanto tiempo lleva haciendo y para lo que ha llegado a Fuenlabrada: meterlas hasta con los codos. Cuatro triples, cuatro, seguidos y sin fallo del neozelandés, bien secundado por Ferrán Laviña, -que ha arrancado muy fino-, hacían inútil cualquier otro análisis del partido. Sólo existía Kirk en la cancha. A Estudiantes se le puede reprochar en este momento no encontrar respuesta en el otro aro, el bajo acierto en el tiro de tres o la ausencia absoluta de juego interior; pero en defensa su responsabilidad era limitada. Con un tío encima, Penney la enchufaba; y con dos la enchufaba mejor y más bonito. Imparable. Tanto que el partido llegó al descanso con 28-44 y sensación de clara superioridad fuenlabreña.

La segunda mitad la estrenó de nuevo Penney, pero Estudiantes empezó pronto a dar signos de que la cosa iba a mejor. Los de Pepu apretaron atrás como demonios y, guiados por el corajudo Carlos Jiménez, empezaron a crecerse. Pese a todo, no rentabilizaron del todo la repentina ceguera del Fuenla de cara al aro y no encontraron solución ofensiva más allá de la constancia de Germán Gabriel, la lucha de Cedric Simmons y aportaciones esporádicas del dominicano Luis Flores. El 45-55 del electrónico al final del tercer cuarto reflejaba bien ese quiero y no puedo del equipo colegial, pero aún así, Fuenlabrada había captado el mensaje y la comodidad había desaparecido de su diccionario del partido.

Colom y Cortaberría no acertaron a encauzar el rumbo en casi ningún momento del partido. Lubos Barton seguía desaparecido en combate desde aquel inicio esperanzador, y en la zona no había noticias de nadie. Sin Ayón en el equipo, de momento, el papel de Sené se hace más difícil de interpretar, no encuentra aún su sitio. Además, Laso se unió hoy a la lista de bajas y su lugar lo ocupó el jovencísimo Massine Fall, tan prometedor como verde aún. Con todo ello, Fuenlabrada no supo gestionar bien su ventaja, lastrado por un palpable agotamiento físico, y Estudiantes impuso su carácter, ésta vez sí.

Jaime Fernández tiró la puerta abajo y se hizo con el control absoluto del partido en el momento decisivo, penetrando con desparpajo y facilidad y acertando desde el exterior. Fuenlabrada  respondía como podía y aún así consiguió llegar a los últimos dos minutos con diez puntos de ventaja. No fue problema para el Estu, definitivamente enchufado y convencido de sus opciones. A la fiesta de Jaime Fernández se sumó en el momento oportuno Germán Gabriel, con un recital de triples y sangre fría al que Fuenlabrada puso el broche de oro con un campo atrás de Penney y unos pasos de Colom. El guión perfecto de una peli de terror.

La ventaja se había esfumado y a 22 segundos del final, Estudiantes tenía la bola con uno abajo en el marcador (68-67). Luis Flores se jugó una penetración más que discutible, la falló. Pero en la lucha por el rebote, entre Mainoldi y Germán Gabriel la palmearon y ella solita se metió. Estudiantes estaba arriba por segunda vez en el partido a apenas 9 segundos del final. 

Fuenlabrada tenía la última y no había dudas de quien se la jugaría. Penney asumió los mandos y merced a una horrorosa defensa estudiantil encontró vía libre hacia la canasta. Quiso asegurar la penetración, pero en el último momento la mano heroica de Jayson Granger salió de no se sabe dónde para taponar al neozelandés y sellar la victoria de Estudiantes, que tuvo tiempo aún para anotar un tiro libre. 

Al final, 68-70 que castiga duramente la inestabilidad de la rotación fuenlabreña y da premio a un Estudiantes perezoso que se jugará el título el Martes ante el Real Madrid (21.30, LaOtra).

68- Baloncesto Fuenlabrada: Colom (6), Penney (28), Barton (12), Mainoldi (3), Sené (2) - Fall (2), Laviña (9), Vega (4), Cortaberría (2), Muñoz (0).

70- Asefa Estudiantes: Granger (6), Flores (8), Wright (8), Gabriel (15), Simmons (8) - Fernández (14), Driesen (0), Jiménez (9), Martínez (2), Clark (0).

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