El temporadón del Fuenlabrada en la mejor liga europea ya tiene premio: la FIBA Eurochallenge. Si, como otros muchos, os acabáis de enterar de que existe un torneo que se llama FIBA Eurochallenge, procedo a explicaros brevemente qué es y de dónde surge.
El Eurochallenge es la tercera competición europea a nivel internacional, por detrás de la Euroleague y de la Eurocup. A diferencia de estas dos, no está organizada por la ULEB sino por la FIBA, que mantiene vivas una década después sus ansias de organizar un torneo glorioso e independiente, con evidente fracaso en su ejecución.
Es el resultado del remix de dos torneos que ya existían. La monstruosa FIBA Eurocup (no confundir con la actual Eurocup/ULEB), en su día 3ª competición europea, y la enigmática, casposa y alucinante FIBA EuroCup Challenge, ¡4ª! competición europea que existió desde 2002 hasta 2007 en un sano ejercicio de humor y onanismo de la máxima institución del baloncesto mundial. Había hasta conferencias y todo, como en la NBA.
Esta Eurochallenge da cobijo a los campeones de alguna liga menor (es el caso del Army, campeón georgiano; el U-Mobitel Cluj, campeón rumano; o el ZZ Leiden, campeón holandés) y a una ristra de equipos elegidos en base a una normativa. Y digo elegidos en base a una normativa porque el Fuenlabrada en su página web comenta que "acorde con la actual normativa, nuestro equipo disputará la Eurochallenge".
Por lo tanto, debe entenderse que existe una normativa. Pero su contenido tiene que ser realmente curioso. Algunas fuentes consultadas apuntan a que dicha normativa consiste en un muñeco de Bob Esponja dibujado a mano por el hijo de algún alto cargo de FIBA Europe, aunque otros informadores han asegurado que un representante de dicho organismo llamó el otro día a un programa nocturno de videncia de la TDT para consultar cuáles serían los equipos participantes. Una tercera fuente, más fiable y a la que otorgo más veracidad, dice tener absoluta certeza de que el método escogido para seleccionar los equipos es un torneo de FIFA'11 disputado en la península de Kamchatka entre los dirigentes de todos los clubes europeos de nombre impronunciable. El 'Kamchatka Madness' lo llaman, y por esas tierras de Vladivostok parece que es todo un evento. De ahí salen los 19 clasificados directamente a la fase regular. Los de la previa los elige un mono, aunque se rumorea que este año podría haber sido un pulpo.
Es una explicación convincente para que participen equipos con méritos más que discutibles. Es el caso, por ejemplo, del Khimik Youzhny, 12º clasificado de la liga ucraniana; del Oline Erdine y Turk Telekom, 7º y 10º clasificados de la liga turca respectivamente; o del Telekom-Bonn, 13º clasificado de la liga alemana. Por no hablar de la fase previa, con el tercer clasificado de la poderosa liga austriaca, el Arkadia Traiskirchen; el BC Sokhumi, 5º clasificado de la liga georgiana (¡!) o los equipos rusos, que son mayoría en la previa gracias al misterioso acuerdo que posibilita que todos los equipos de la liga rusa jueguen competición europea, sí sí, todos.
Podemos deducir fácilmente que el nivel de la competición es inexistente. Las únicas gotas de nivel las ponen Fuenlabrada, Chorale Roanne, la historia del PAU-Orthez y quizá alguno de los alemanes. A ellos hay que añadir los ocho equipos que lleguen rebotados desde la previa de Eurocup, cuyo nivel, salvo sorpresa, estará rayando también la humorada.
No dudo de que para estos equipos mencionados, de nivel bajo o muy bajo, poder jugar una competición internacional y además con algunas opciones supone un importante acicate y puede suponer una cierta ilusión, pero desde luego no para equipos españoles, que jamás habían participado desde que la competición recibe el nombre de Eurochallenge, italianos, que han renunciado en pleno, griegos, que también, israelíes, que lo mismo...seamos serios.
Los equipos gastan fuerzas y recursos en una competición que no valora nadie, que no ve nadie, que nadie sabe que existe y que aunque lo sepan les da igual. Una competición que está fuera del mapa y que vive gracias a los deseos trasnochados de algún nostálgico. Y sigamos siendo serios, el Fuenlabrada esperaba jugar Eurocup esta temporada.
Para mí, supone un gran esfuerzo imaginar que cuando el club inició la campaña de abonos anunciando "competición europea", pensaban en la FIBA Eurochallenge. De verdad que lo dudo mucho. Y dudo mucho también que el club no hubiese renunciado a jugar esta cosa si los equipos de Eurocup y Eurochallenge no se hubiesen anunciado ¡dos! días antes del sorteo, que es el Jueves. La improvisación, la arbitrariedad y la sensación de tomadura de pelo le restan toda la seriedad que pudiera tener un torneo como este. Asumamoslo, para Fuenlabrada era un reto importante jugar en Eurocup; la Eurochallenge no le aporta absolutamente nada.
Que Dios reparta suerte, y que la suerte se traduzca en evitar en el sorteo al Ernisey Krasnoyask, de la noblísima villa de Krasnoyask, estación media del ferrocarril transiberiano, situada a escasos kilómetros de la frontera con...¡Mongolia!
Confeti para Bertomeu.
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