viernes, 16 de diciembre de 2011

Vuelve Michael Ruffin


La incorporación de Michael Ruffin al training camp de los Denver Nuggets debería ser una noticia menor en el universo NBA. Sin embargo, el jugador, originario precisamente de Denver, dejó una huella imborrable en la liga americana allá por 2007, cuando todavía era jugador de los Washington Wizards.



Era 30 de Marzo, con la Liga Regular cerca del final y dos equipos en liza en situaciones muy diferentes a las que hoy en día atraviesan. Toronto ocupaba la tercera plaza de la conferencia Este con un balance de 40-32 y los Wizards estaban también en la pomada de los play-offs con un decente 38-33

Washington iba a ganar, con 3.8 segundos por jugarse, tres arriba en el marcador y bola recuperada por Ruffin. Pero de repente se apagó la luz en el Verizon Center, o por lo menos sí en la cabeza del bueno de Michael, y decidió lanzar la bola al aire. "Fue una reacción natural", comentó tras el partido. Cierto, pero falló la ejecución: "no la pude agarrar bien". Una lástima.

Pese a todo, los Wizards terminaron la Liga Regular entrando en los Play-Offs, aunque con poca suerte, pues en primera ronda los Cavaliers le endosaron un rotundo 4-0. Ya habían caído ante Cleveland la temporada anterior, por 4-2, y lo hicieron de nuevo a la siguiente, con idéntico bagaje. Eran otros tiempos, para todos. Ruffin ya no formaría parte de aquello. Las dos siguientes temporadas jugó en Milwaukee y Portland. Después, cruzó el charco y jugó en España en Manresa y Obradoiro.

Pero la historia tiene más puntos curiosos, más allá del fallo técnico de Michael Ruffin. Morris Peterson, el jugador que anota el buzzer beater, llevaba exactamente cuatro segundos y una décima sobre la pista en el momento de anotar la canasta que forzó la prórroga. Lo que se llama comunmente un microondas. Los Raptors ganaron por 118-123 y Peterson disputó en la prórroga 47 segunditos. Su explicación de los hechos, terrenal: "miré al reloj y quedaba como un segundo, así que tiré". La de su compañero Chris Bosh, algo más celestial: "Siempre tienes que dar lo máximo y jugar tan fuerte como puedas, los Dioses del baloncesto estaban cuidando de nosotros".

Fue su único tiro de campo del partido, pero le sirvió a su equipo para conseguir una importantísima victoria. Como refleja la crónica de ESPN, el último jugador hasta ese momento en dar a su equipo la victoria o el empate con su único tiro de campo había sido Milt Palacio. Que por cierto, actualmente milita en el Obradoiro siguiendo los pasos del gran Ruffin, ya nuevo compañero en los Nuggets de Rudy Fernández. 

Confeti para Michael.


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