La vida es a veces una montaña rusa. El baloncesto lo suele ser también. El March Madness y la NCAA son una con muchos loopings y tirabuzones. Muchos.
El pasado 22 de Febrero, los Lamar Cardinals perdían por 62-52 ante la Universidad de Stephen F.Austin, rankeada en el puesto 202 por la propia NCAA. Era un partido de liga regular de la modesta conferencia Southland, pero por la reacción de su entrenador tras el encuentro parecía mucho más que eso.
Knight, en acción. Foto: Oregon Live |
"Habitualmente tienes a uno o dos jugadores que son un problema. Nosotros tenemos una plaga de tíos muy difíciles de entrenar". Con esta dureza se expresó en la rueda de prensa Pat Knight, entrenador de los Cardinals e hijo de Bob Knight, tres veces campeón de la NCAA con Indiana. Knight, que afronta su primer año al frente del banquillo de Lamar, no dejó títere con cabeza: "es el peor grupo de seniors con el que he estado relacionado nunca". Su cabreo era tal que llegó a asegurar que sus jugadores estaban "robando dinero" con la beca deportiva que les concedía la universidad.
Le molestaba especialmente la actitud de su equipo sobre la cancha: "no tienen corazón, nunca he estado cerca de un grupo como este, ni uno solo de ellos es capaz de levantarse". Más que de levantarse, ninguno de ellos era capaz de tirar, a tenor de las estadísticas. 28% en tiros de campo, 7% en triples, y una pasmosa incapacidad para aprovechar las 18 pérdidas del rival. Pero los Cardinals se levantaron.
Después de ese partido, ganaron los tres últimos de la liga regular: a domicilio ante Sam Houston State y Texas State, y en casa contra McNeese State.
Después, los cuartos de final del torneo de la Southland contra Northwestern State. Al día siguiente, la revancha. Semifinales del torneo de conferencia contra el equipo que abrió la caja de pandora, Stephen F.Austin; victoria. Y por último, barrieron en la final de nuevo a McNeese State; 70-49 y estaban en el March Madness por sexta vez en su historia ('79, '80, '81, '83 y '00).
Los micrófonos buscaron a Knight rápidamente, y él respondió: "los lancé debajo de un autobús que yo mismo conducía, y ellos salieron ahí fuera y ganaron seis seguidos para conseguir ir al March Madness. Estos chicos van a ser siempre algo especial para mí". También habló ante la prensa el base Anthony Miles, que afirmó que "todo se trata de dejar un legado". Según Miles, esa ha sido siempre la idea que les ha inculcado su entrenador: "decidimos que queríamos ser el equipo que trajese de vuelta el baloncesto de Lamar, nos mantuvimos concentrados y lo conseguimos".
El miércoles se estrenarán en el Madness a las 12 de la noche, hora española. Lo harán ante Vermont, ganador de la America East, y en juego estará enfrentarse en la 2ª ronda a la potente North Carolina.
Las historias de cinderellas generalmente se construyen alrededor de grupos unidos, entrenadores carismáticos y cercanos, y buenos chicos que se ganan el corazón de todos. Quizá los 'rebeldes' Cardinals le den una nueva vuelta de tuerca al concepto.
Knight, celebrando el título de la Southland. Foto: Fox Sports. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario